“¿Tienes un minuto?” Sobre todo si somos empresarios, tenemos un puesto de responsabilidad o simplemente somos personas abiertas y disponibles, seguro que es una pregunta que, a menudo, nos harán varias veces al día.
Ser personas disponibles y querer ayudar es un aspecto positivo, pero no lo es tanto cuando nuestra amabilidad pone en riesgo nuestras prioridades. Regalamos minutos para ofrecer ayuda y resolver problemas a los demás, hasta encontrarnos al final del día sin haber realizado las tareas que son importantes para nosotros.
Un truco que el autor ha adoptado ha sido colgar un letrero bien visible en la puerta de su oficina que dice “1440” (1440 son los minutos totales que tiene un día). Los colaboradores se sintieron un poco ofendidos cuando entendieron que era una manera simpática para evitar que lo molestaran. Con el tiempo, el gesto empezó a apreciarse, porque todos se tomaron la responsabilidad del tiempo de los demás, intentando respetarlo y pidiendo ayuda solo en caso de necesidad real.
Si nos detenemos un momento a pensar en las cosas importantes, es posible que nos vengan a la mente los seres queridos, el trabajo, el dinero, la salud y el tiempo. Entre todas estas cosas, la única que no podemos recuperar es precisamente el tiempo. Los empresarios millonarios, los profesionales, los atletas y los estudiantes modelo saben bien que el tiempo es el recurso más valioso que tienen y lo tratan como tal.
Independientemente de las diferencias que cada persona tiene, todos tenemos la misma cantidad de tiempo, 1440 minutos en un día. Nosotros también podemos intentar colgar un letrero con un enorme 1440 en un lugar bien visible como promemoria del hecho de que tenemos este gran recurso, pero que es limitado. Aunque no nos demos cuenta, en un minuto podemos hacer muchas cosas: presentarnos a un desconocido, escribir dos líneas para dar las gracias a alguien e incluso tener una gran idea. ¡Utilicemos estos minutos de la mejor manera y protejamos su valor!