El tiempo es realmente el único recurso que tenemos y del que disponemos. Por cuanto pueda parecer banal, no podemos recuperar el tiempo perdido y aprender a utilizarlo de la mejor manera puede hacer desaparecer la frustración que sentimos cuando nos damos cuenta de que “el tiempo no perdona”.
Cuando una persona reconoce el verdadero valor del tiempo, consigue corregir su actitud y cambia su comportamiento a favor de una mejor administración de las tareas cotidianas.
De hecho, cualquier actividad, ya sea laboral o personal, requiere su tiempo. Ir de compras, pagar una factura, manejar en el tráfico o hablar por teléfono son actividades que necesitan tiempo. El primer paso para administrar mejor nuestros días es ser conscientes de cuánto tiempo necesitamos para llevar a cabo una determinada actividad o cuánto tiempo perdemos cada día en cosas que importan poco.
Emplear bien el tiempo nos aporta muchas ventajas. Por esta razón es tan importante hablar de ello.
Uno de los principales beneficios es el psico-físico. Saber que hemos realizado todas las tareas en el plazo establecido aporta una gran sensación de bienestar. Estamos más contentos y satisfechos de nosotros mismos cuando somos dueños de nuestro tiempo.
Por el contrario, ¿cuánta frustración genera la procrastinación hasta el infinito por culpa de la desorganización o la incapacidad? Cada cosa que posponemos o que no hacemos, se acumula y nos pone de mal humor, hasta dar lugar a problemáticas más serias como la apatía.
En cambio, la sensación de tener todo bajo control es muy satisfactoria. Cuando sabemos que hemos hecho todo lo que teníamos que hacer, nos sentimos en paz y armonía.
Aunque no es fácil, aprender a gestionar el tiempo no es una tarea imposible.
Tenemos que empezar con una mayor toma de consciencia para luego aplicar las pequeñas técnicas que Brian Tracy nos sugiere.