La estructura de poder patriarcal que oprime y explota a las mujeres es la misma que causa estragos en el mundo natural. Dominación, supremacía, violencia, explotación, egoísmo, codicia, competencia: estas son las características fundamentales del patriarcado que también alimentan la crisis climática, la cual no tiene neutralidad en cuanto al género y, de hecho, profundiza las vulnerabilidades y las injusticias que ya existen. Las mujeres, que están mucho más expuestas a situaciones de pobreza, sufren un mayor riesgo de evacuación y muerte en condiciones climáticas extremas, y varios estudios relacionan el cambio climático con la violencia de género.
Por otro lado, hay innumerables testimonios de mujeres que están participando activamente en la lucha contra el cambio climático. Aún así, aunque sus voces son vitales para mejorar la crisis, a menudo se mantienen alejadas de los ambientes en donde se toman las decisiones. Las mujeres no están suficientemente representadas en los gobiernos, en la dirigencia de las empresas, en los sectores de la ingeniería y las finanzas, ni tampoco ocupan cargos de liderazgo de organizaciones ambientales y los sistemas legales. A menudo, las mujeres que participan en este contexto reciben apoyo financiero insuficiente y muy poca credibilidad.
Excluir a las mujeres del liderazgo climático no solo es una cuestión de prejuicio, sino que también conduce al fracaso. De hecho, varios estudios muestran que las mujeres son más propensas a preocuparse por el clima y a tomar decisiones menos arriesgadas y más meditadas. Cuando los parlamentos incluyen a más mujeres, tienden a ratificar tratados sobre el medio ambiente con mayor frecuencia. Cuando las mujeres tienen tanta participación como los hombres, las intervenciones de la política climática son más efectivas. A menudo, para una mujer un mayor estatus social y político corresponde a menores emisiones y mayor creación de áreas protegidas. No se trata de defender a las mujeres a toda costa, sino de asegurarse de que estén incluidas en todos los niveles de resolución de problemas.