Tiger Woods y Roger Federer son dos deportistas muy exitosos que representan dos caminos diferentes para lograr la excelencia.
Tiger Woods empezó su entrenamiento de golf a muy temprana edad y su padre se encargaba personalmente del entrenamiento, por lo que Tiger, desde muy joven, estuvo destinado a convertirse en campeón.
La madre de Roger Federer es entrenadora de tenis, pero no le animó a dedicarse a este deporte, al contrario, le sugirió que practicara diferentes deportes. Su familia no tenía expectativas ni aspiraciones particulares para él, por lo que Roger tuvo libertad para experimentar y, sobre todo, para divertirse. Le gustaban mucho los deportes en general, y en particular, los que se practican con una pelota. Emprendió su actividad deportiva de forma despreocupada, con curiosidad y ganas de lanzarse a nuevas aventuras.
Ya a los cuatro años Tiger era capaz de pasarse muchas horas en el campo de golf y a los ocho le ganó a su padre, quien además tenía un pasado como deportista. El increíble entrenamiento deportivo de Tiger Woods ha sido objeto de muchos estudios y de bestsellers sobre el desarrollo de habilidades. Gracias a su caso se habla de "entrenamiento deliberado", que consiste en repetir los mismos ejercicios bajo la supervisión de un entrenador después de recibir instrucciones sobre cómo hacerlos lo mejor posible, y posteriormente obtener una retroalimentación para seguir mejorando el rendimiento.
Siguiendo esta lógica surgió la regla de las 10.000 horas: para llegar a ser excelente en cualquier campo, se necesitan al menos 10.000 horas de práctica, de "entrenamiento deliberado". Así que, cuanto antes comencemos, mejor. Quienes comienzan desde muy pequeños, como lo hizo Tiger Woods, parten con ventaja.
Entonces, de acuerdo con este enfoque, lo mejor es especializarse desde una edad muy temprana. Nos enseñan que es importante enfocar nuestros esfuerzos desde el principio, y no solo debemos especializarnos, sino que además ¡tenemos que hacerlo rápidamente!
Pero esto no es del todo cierto, o al menos esa no es la “única” manera, porque de lo contrario no podríamos explicar la asombrosa carrera de Roger Federer en el mundo del tenis, ni de tantos otros deportistas, artistas o emprendedores que se especializaron tarde, después de probar muchas alternativas diferentes.