La expresión “inversión ángel” se refiere al acto de colocar dinero en las primeras rondas de inversión de una empresa privada para luego recuperar más de lo que hemos invertido, y mucho más de lo que podríamos obtener con inversiones más seguras y tradicionales, como acciones, bonos o bienes raíces.
Las actividades en las que invierten los inversores ángeles suelen parecer descabelladas, y si no fuera así todo el mundo querría invertir en ellas y no serían necesarios los inversores que confían en los fundadores de las startups cuando nadie más cree en ellas. Los negocios que interesan a los inversores ángeles suelen tener menos de tres años, tienen poca "tracción" o ninguna, es decir, tienen pocos usuarios o ingresos, y están tratando de encontrar lo que se llama "adaptación del producto/mercado", que es la situación en la que el producto de la startup ha encontrado un grupo de personas que lo desean. Cuando esto sucede, existe una posibilidad concreta, pero no garantizada, de que el fundador de la startup pueda escalar y monetizar su actividad.
Cuando un fundador ha descubierto cómo ganar dinero con su producto y este ha escalado a un nivel razonable, la compañía es comprada por otra más grande o bien se hace pública. En la jerga técnica, estas dos situaciones se denominan "salida" (exit) y corresponden al momento en el cual los inversores cobran sus acciones y obtienen su beneficio económico.
Calacanis es famoso por haber invertido 25.000 dólares en Uber cuando la empresa valía 5 millones de dólares. Ahora vale 70.000 millones de dólares en mercados privados. Si bien es poco probable que obtengamos un rendimiento de entre cinco y diez mil veces respecto a lo que hemos invertido, es probable que si damos los pasos correctos y operamos en Silicon Valley durante un par de años haciendo muchas inversiones individuales, obtendremos más dinero del que hemos invertido.
La inversión ángel es una actividad de alto riesgo y alto rendimiento. Si somos uno de los primeros inversores de una startup que luego se convierte en un unicornio (una empresa con un valor de 1 mil millones de dólares) obtendremos suficiente dinero como para cambiar radicalmente nuestra vida. Sin embargo, como la mayoría de las empresas emergentes fracasan, es muy importante contar con una cartera diversificada de inversiones ángeles.
Cuando comenzamos a invertir, debemos tratar de conocer el mayor número de personas, pero invertir en la menor cantidad de negocios que nos sea posible. Para empezar, debemos encontrar cincuenta empresas destacadas en las que invertir. Teniendo en cuenta que Calacanis invierte en aproximadamente una de cada cien empresas que conoce, deberíamos tratar de encontrar cinco mil startups en cinco años para invertir. Esto sería veinte startups a la semana, que ocupan aproximadamente de veinte a treinta horas de nuestra vida cada semana. Para ser un buen inversor ángel, se requiere una combinación de dinero, tiempo, contactos y experiencia. Debemos poder escribir un cheque, hablar con los fundadores sobre asuntos importantes, hacer presentaciones a clientes e inversores y brindar consejos prácticos que ahorren tiempo y dinero a los fundadores o les eviten cometer errores.