En 1997, con veintisiete años de edad, Derek Sivers era un músico profesional. Se ganaba la vida tocando, dando conciertos en Estados Unidos y Europa, produciendo discos de otras personas y dirigiendo un pequeño estudio de grabación. También era músico y presentador en un circo. Estaba viviendo el sueño de todo músico independiente. Había grabado su propio álbum y había vendido mil quinientas copias en sus conciertos. Quería venderlo en línea, pero no había compañías que vendieran música independiente en internet. Llamó a las grandes tiendas de discos digitales y todas le dijeron lo mismo: la única forma de que su CD entrara en sus tiendas en línea era a través de un gran distribuidor. Pero Sivers no quería lidiar con el complejo sistema de los grandes distribuidores de música, por lo que decidió crear su propia tienda en línea donde podría vender su CD. En ese momento, no había servicios como PayPal, por lo que crear un sitio de comercio electrónico seguía siendo un trabajo para los expertos en TI. Sivers aprendió a programar y configurar un carrito digital, por lo que se convirtió rápidamente en referente para los músicos independientes que querían vender sus discos por Internet. En diez años, CD Baby pasó de cero a 4 millones de dólares en ventas mensuales, por lo que, de ser un simple pasatiempo personal, se convirtió en una empresa con 85 empleados. Se convirtió en el referente internacional de la música independiente y en el proveedor de gigantes como iTunes, Rhapsody, Yahoo! Music, Napster y eMusic.
Cuando Sivers creó CD Baby, partió del deseo de resolver un problema personal, y terminó ayudando a muchas otras personas que se encontraban en esa misma situación. Como emprendedor, crear una empresa nos permite mejorar el mundo haciendo algo que convierta nuestro sueño en realidad . Es como si fuera una utopía en la que diseñamos nuestro mundo perfecto. Cuando formamos una empresa, creamos un pequeño universo del que controlamos todas las leyes. Sin importar cómo se hagan las cosas en otros lugares, en nuestro pequeño mundo podemos hacerlo como más nos guste. Hacer realidad nuestra pequeña utopía, nuestro sueño, nos llevará a hacer realidad el sueño de alguien más. No se necesita una gran idea para comenzar, solo tenemos que concentrarnos en ayudar a las personas desde un primer momento. Los mejores proyectos comienzan siendo simples, e incluso crear nuestro propio plan de negocios no debería requerir mucho esfuerzo, sino mucho sentido común. Además, los planes de negocios no son eternos. Nunca sabremos qué es lo que realmente quiere la gente hasta que comencemos a hacer las cosas de manera concreta. Como dice el emprendedor serial Steve Blank: “ningún plan de negocios sobrevive al primer contacto con los clientes”. Para poner nuestra empresa a funcionar, debemos responder a una llamada de ayuda. Nunca debemos hacer nada solo por dinero. No hagamos negocios solo para nuestro propio beneficio. Si cuidamos a los clientes mejor que a nosotros mismos, entonces estaremos bien. Y recordemos también que, si tenemos éxito, los demás hablarán de "revolución", pero antes de eso solo seremos personas excéntricas que hacen las cosas de manera diferente. Cuando alguien dice que quiere hacer algo grande pero que no lo logrará hasta que haya recaudado fondos suficientes, por lo general significa que está más enamorado de la idea de grandeza que de hacer algo que realmente valga la pena. Para que una idea se convierta en algo grande debe ser útil, y si es útil no necesita financiación.
Si queremos ser útiles, podemos empezar ahora mismo aplicando el 1% de lo que prevé nuestra gran visión. Quizás al comienzo solo logremos crear un prototipo humilde de lo que tenemos en mente, pero ya habremos entrado al juego. Estaremos un paso adelante de los demás porque realmente habremos comenzado, mientras que otras personas estarán esperando que la meta se materialice mágicamente frente a sus ojos. Pensemos, por ejemplo, en la forma en que Richard Branson creó Virgin Atlantic Airways. Estaba en el aeropuerto cuando se canceló el vuelo que estaba a punto de tomar. Entonces, les dijo a los demás pasajeros que se encontraban en la puerta que alquilaría un pequeño avión privado para llevar a todos a su destino si se dividían los costos. Comenzar de a poco nos permite dedicar el 100 % de nuestra energía a resolver problemas reales para personas reales y nos brindará una base sólida para crecer. Además, eliminará la fricción de estructuras más complejas y nos permitirá cambiar rápidamente el plan, mientras trabajamos en estrecha colaboración con los primeros clientes que nos dirán lo que realmente necesitan. Inmediatamente después de la creación de CD Baby, cerca del año 2000, se produjo el boom de las puntocom, todas aquellas empresas de servicios que desarrollan la mayor parte de un negocio a través de un sitio web. En ese momento, cualquiera que tuviera alguna idea y un plan vago recibía millones de dólares de los inversores. Derek Sivers nunca quiso inversores en CD Baby, a pesar de que todas las semanas recibía ofertas de empresas de inversiones que estaban deseosas de poner dinero en su empresa. Sivers jamás las aceptó, por lo que pudo mantener una posición en la que no tenía que complacer a nadie más que a sí mismo y sus clientes. Su objetivo no era expandir la empresa tanto como fuera posible, sino brindar un mejor servicio a sus clientes.
Entonces, tengamos siempre en cuenta que para hacer realidad nuestra idea no se requiere financiación, un máster en administración de empresas, un cliente grande, la aprobación de alguien en particular, un golpe de suerte o cualquier otra excusa que se usa comúnmente para no comenzar. Las ideas no valen nada si no se llevan a la práctica. La idea más brillante sin ejecución vale 20 dólares. Para que valga 200 000 000, se requiere una gran ejecución. Además, si montamos nuestro negocio como si no necesitáramos el dinero, la gente estará más feliz de pagarnos, porque se da cuenta cuando alguien hace algo por dinero, de la misma manera que percibiríamos a un amante desesperado. Cuando alguien hace algo por amor, con generosidad en lugar de avaricia, con confianza en lugar de miedo, se activa la ley que nos hace dar a quien nos da. Así que iniciemos nuestra actividad como si no necesitáramos dinero, y probablemente el dinero llegará.