Este texto habla de la percepción, que es el proceso psíquico que se desencadena en cada uno de nosotros cuando observamos algo. De hecho, a través de la percepción, damos significado a los estímulos sensoriales que vienen del exterior. Para investigar este fascinante y complejo mecanismo, el autor se remite a la teoría de la Gestalt. Consiste en una corriente de pensamiento fundada en 1912 por el psicólogo checo Max Wertheimer y que luego desarrollaron Wolfgang Köhler y Kurt Koffka. Es una teoría que se basa precisamente en la percepción y la experiencia.
Según la Gestalt, cuando percibimos el mundo exterior no captamos simplemente la suma de los diferentes estímulos, sino que percibimos el conjunto, que es algo más que la simple unión de los elementos. Tomemos el ejemplo de una melodía: cuando la escuchamos no distinguimos las notas sueltas, sino el conjunto que forma la canción. Otro ejemplo es el rostro de un ser querido, que para nosotros no es el simple conjunto de nariz, orejas, labios, barbilla, etc, sino que lo percibimos como un conjunto en su totalidad. Pues bien, el propósito de este libro es aplicar estos principios al estudio de las artes visuales. Después de todo, según Arnheim, el arte y la psicología están íntimamente relacionados. Los estudios relativos a la experiencia del arte y el proceso creativo siempre han estado muy vinculados al campo de la psicología. De hecho, cuando observamos una imagen se activan mecanismos perceptivos que son el resultado de convenciones y experiencias personales. Por eso es correcto decir que el estudio del arte también es el estudio del ser humano.