Después de décadas de desarrollo de videojuegos, ¿es posible que no se halle una manera más eficaz? ¿Por qué es tan difícil producir un videojuego?
El libro está dividido en 10 capítulos, 10 historias de desarrollo de proyectos muy diferentes entre sí.
De ello se desprende que cada producción es muy distinta de las demás. ¿Por qué? Algunas teorías:
- Los juegos son interactivos – Un videojuego nunca es lineal. Debe responder al input del jugador, recordar sus acciones. La historia debe ser funcional respecto a las elecciones de aquellos que juegan.
- La tecnología evoluciona - Los motores gráficos son cada vez más potentes, se estrenan nuevas consolas, se estudian nuevos sistemas de control. Y con ello, también cambian las expectativas del público.
- Las herramientas no son siempre las mismas - Los softwares a disposición de los desarrolladores cambian constantemente, adaptándose a la tecnología y ofreciendo soluciones cada vez diferentes, pero no necesariamente más sencillas.
- Es imposible planificar con absoluta precisión – La imprevisibilidad es un aspecto inseparable del proceso. Nunca se podrá saber con precisión cuándo y cómo se producirá un fallo de sistema que hará parar el desarrollo durante semanas.
- No puedes saber si un juego es divertido hasta que juegues a él. Lo que parece buena idea sobre el papel, corre el riesgo de convertirse en un juego simplemente aburrido.
Aunque cada producción es diferente, parece que muchas de ellas tienen algo en común. Todas se enfrentan a su propia dosis de incidencias, retrasos, cambios, contenidos supresos, reescrituras. Los que trabajan en este sector, se dedican plenamente a ello, sacrificando su vida privada.
Pero a fin de cuentas,
merece la pena.