Hace 66 millones de años un asteroide enorme exterminó a los dinosaurios de la Tierra, permitiendo que los mamíferos dominaran el mundo. Como ese asteroide, la extraordinaria potencia de la actual revolución tecnológica está remodelando la vida en la Tierra, amenazando una raza diferente de dinosaurios: las grandes empresas que se resisten a la innovación. En evidente contraste, está naciendo una nueva raza de pequeños mamíferos: los nuevos emprendedores, los que utilizan una tecnología con aceleración radical para transformar productos, servicios e industrias enteras.
Estos ágiles y resilientes innovadores utilizan las tecnologías exponenciales y como consecuencia están convirtiéndose en emprendedores exponenciales, abriéndose camino hacia un nuevo mundo de abundancia. Hoy, por primera vez en la historia, un individuo apasionado y comprometido puede tener acceso a la tecnología, a las mentes y al capital necesarios para afrontar cualquier desafío, tener un impacto positivo en el mundo y realizar sus sueños.
En realidad, los problemas más grandes del mundo son las mayores oportunidades de negocio: la mejor manera para hacerse millonario es resolver un problema de miles de millones de personas. Pero ¿qué es una tecnología exponencial? Consiste en cualquier tecnología que pueda ejercer una aceleración en una curva de crecimiento exponencial, es decir que dobla la potencia en una base regular (semestral, anual, etc.).
Hoy en día el progreso exponencial se está manifestando en campos muy diferentes: redes de contactos, sensores, robótica, inteligencia artificial, biología sintética, genómica, medicina digital o nanotecnología, solo para nombrar algunos. Esta tendencia se basa en la Ley de Gordon Moore, cofundador de Intel, que en 1965 formuló el principio según el cual en electrónica e informática “la complejidad de un microcircuito, medida por ejemplo a través del número de transistores por chip, se duplica cada 18 meses (y por lo tanto se cuadruplica cada 3 años)”. La digitalización ha hecho aumentar el poder de la tecnología de manera exponencial, ya que cuando un medio o una tecnología se digitaliza — por ejemplo, cuando la fotografía pasó del sistema analógico a las imágenes digitales— crece a un ritmo exponencial.
Hasta hace poco tiempo, la expansión de las empresas requería inversiones muy grandes: tiempo, fuerza de trabajo, construcción de edificios... Hoy, la tecnología exponencial está cambiando todo el panorama, revolucionando los procesos industriales tradicionales. En esta revolución existen muchas oportunidades para los emprendedores que tienen la mentalidad adecuada.
Airbnb y Uber son muy buenos ejemplos de lo que significa aprovechar el impacto exponencial, creando empresas de miles de millones de dólares en tiempo récord. Esto en parte es posible porque la estructura de las organizaciones exponenciales es muy diferente de la de las empresas tradicionales: en vez de utilizar ejércitos de empleados o grandes instalaciones físicas, las empresas emergentes del siglo XXI son organizaciones más pequeñas y están focalizadas en las tecnologías de la información, desmaterializan lo que antes era físico y crean nuevos productos y flujos de ingresos en pocos meses, a veces incluso en semanas.
Las tecnologías exponenciales están haciendo que para las personas sea más fácil cambiar el mundo y consienten crear algo nuevo a cualquiera que tenga una visión y los recursos necesarios.