Boys & Sex

En los últimos años se ha cuestionado la sexualidad, la emotividad, el amor y las relaciones. Gracias a los nuevos medios de comunicación, internet y las redes sociales, los comportamientos y las formas de pensar anticuadas se han sacado a la luz, criticado y discutido. Sobre todo a partir del #metoo, el debate y la especulación se han convertido en el pan de cada día.

En el pasado, seguramente muchos padres llegaron a pensar "afortunadamente mi hijo es un varón", admitiendo implícitamente que el equilibrio era (y es) injusto. Sin embargo, precisamente el #metoo y la nueva consciencia han sembrado la semilla de la duda: y los nuevos padres empiezan a darse cuenta de que también el trabajo que hay hacer con un chico es difícil y delicado, porque el objetivo no es solo darle las herramientas para enfrentar la vida… sino un concepto aún más amplio, es decir “criar a un buen hombre”.

Esta consciencia se integra en un panorama tradicional constituido por la falta de diálogo, las "pequeñas charlas sobre la sexualidad" que se desvanecen en un suspiro y las muchas formas de secretismo. Nadie le explica a un joven lo que significa ser un buen chico. Últimamente se insiste mucho en el tema del consentimiento, es decir solo sí significa que sí, pero en la práctica nadie se lo explica a los chicos. Además, su voz nunca se oye: ¿qué es lo que piensan? ¿Cómo reaccionan?

En realidad, los chicos están esperando que les dejen hablar, conectarse y confrontar ideas para poder entender. Especialmente en el campo de las emociones, el deseo de hablar es muy grande, pero también lo es la necesidad de un espacio seguro. Cuando hablamos abiertamente con un chico sobre amor, emociones y sexo, la conversación puede ser un poco ordinaria, pero esto también es una señal de que existe la confianza que les permite expresar sus sentimientos.