La casta es un sistema de orden social inventado por el ser humano para clasificar grupos de personas. Este orden se basa en la supuesta supremacía de un grupo y la supuesta inferioridad del resto en función de la herencia, características personales, preferencias religiosas o la situación económica.
Las características que se utilizan para definir grupos de personas son muy arbitrarias. Se vuelven importantes cuando un grupo las usa para marginar a otros y para asignar parámetros que definen los comportamientos adecuados de cada grupo.
Una vez que se establece un sistema de castas, la evidencia que respalda la aparente inferioridad y superioridad de algunos grupos se vuelve más sólida, hasta que se convierte en creencias inherentes a una cultura. Según la autora, cuando la sociedad acepta estas creencias, las leyes y principios que las guían dejan de ser cuestionadas. El grupo dominante es libre de tratar a los grupos inferiores como mejor le parezca para preservar esta subdivisión. Este trato suele ser cruel, ya que degrada y menosprecia a las castas inferiores.
El actual sistema de castas estadounidense se basa en diferencias en la apariencia de las personas, especialmente en el color de la piel. Lo que hizo que se desarrollara el concepto de raza fue precisamente esta forma arbitraria de diferenciar a los grupos, sin la cual la raza no tendría la importancia que tiene hoy.
El color de la piel se convierte en el punto de partida para activar estereotipos e hipótesis muy arraigadas sobre cómo se insertan en la sociedad los diferentes grupos. A medida que estas creencias se profundizan, también lo hacen las expectativas sobre lo que un grupo puede hacer, dónde debería vivir, qué puede lograr y a qué libertades puede tener derecho. Estas expectativas se transmiten de generación en generación sin ser cuestionadas, lo que aumenta la desigualdad social y la injusticia para todas las generaciones futuras.
La palabra "raza" y sus declinaciones, "racismo" y "racista", están tan arraigadas en nuestra cultura que hasta podríamos no comprender la verdadera naturaleza de las mismas. Las personas que ven la raza como una realidad biológica confunden el concepto socialmente construido de "raza" con el concepto real, de origen geográfico.
La raza es una herramienta utilizada para separar a las personas y justificar niveles de vida diferentes. A los ojos de quienes forman parte de la casta dominante, perpetuar la idea de que las personas de una determinada raza son "diferentes" o "inferiores" justifica que esas personas sean tratadas de manera diferente.
Casta y Raza son dos conceptos distintos. La raza se refiere a las diferencias físicas y al conjunto de significados que se les asigna, mientras que la casta es la forma en que tales juicios son organizados para mantener la división entre los grupos. Raza y casta no son sinónimos, pero dentro de la cultura estadounidense se respaldan mutuamente. La raza es la evidencia física de la diferencia y el conjunto de significados asignados a esa evidencia. La casta es cómo organizamos tales juicios para mantener la división entre los grupos y darle a cada uno un estilo de vida apropiado. La definición de racismo ha cambiado con el tiempo, por lo que es más exacto hablar de alguien que discrimina a otra raza como miembro de una casta y no como racista.
Originalmente, el significado de "racismo" designaba a un grupo que usa su poder social para oprimir a otro grupo basándose en la raza. Hoy en día, ser racista significa odiar a las personas que son diferentes a uno y perdonar la opresión.
En Estados Unidos podrá haber igualdad y justicia verdaderas solo cuando dejemos de buscar las señales de alerta del racismo y nos enfoquemos en la mentalidad y las microagresiones que siguen manteniendo en pie a la casta más baja. Todos, inconscientemente, participan en el sistema de castas estadounidense, incluso al aceptar que "así son las cosas". Debemos dejar de creer que la jerarquía racial del país es algo natural.