Los humanos no comen todo lo comestible que hay en la Tierra. De hecho, sus elecciones son el resultado de convenciones y relatos que constituyen las reglas sobre las que se fundan las sociedades. Antes de vivir un evento importante en su vida, el autor reflexiona sobre la alimentación y el papel que esta tiene para el ser humano. Uno de los puntos fundamentales que aborda es el consumo de carne. La noticia de que Jonathan Safran Foer se convertirá en padre lo impulsa a tratar de tener una mayor conciencia y a preguntarse cuánto sabemos sobre las condiciones en las que se crían los animales que serán enviados al matadero.
Uno de los recuerdos más claros que tiene Safran Foer de su infancia es de la figura de su abuela preparando comida para todos, y a quien siempre consideraban como la mejor cocinera. Su pollo con zanahorias es un plato muy importante en la narrativa familiar. El autor sabe que si su hijo fuera vegetariano, nunca comería el pollo que cocina su bisabuela, por lo que perdería una parte fundamental de esa narrativa. De hecho, el objetivo del autor no es llevar a alguien sin reservas a ser vegetariano o vegano, sino explorar el mundo de los criaderos y comprender mejor todo lo relacionado con el consumo de carne.