Día tras día vemos cómo se desarrolla ante nuestros ojos un nuevo modelo económico, innovador y sustancialmente diferente del modelo comercial tradicional, centrado en la digitalización de todos los aspectos de la vida social y económica de los individuos. Las empresas están explotando el potencial de las redes para mejorar la distribución de los productos y servicios mediante el uso de la inteligencia artificial, así como la gran cantidad de datos y algoritmos cada vez más complejos y precisos.
Para aprovechar las oportunidades de negocio de esta nueva era de la economía mundial, tenemos que conocer su dinámica, asumirla y ser conscientes de que las redes digitales y la inteligencia artificial están transformando los negocios y la sociedad. De hecho, están acercando el mundo analógico al digital, propiciando su unificación.
No debemos subestimar el uso de la inteligencia artificial y la digitalización en el comercio. Debemos prepararnos para el cambio, especialmente si tenemos en cuenta el fuerte impacto que esto en la competencia entre las empresas.
Cuando las empresas con una fuerte base digital entran en el mercado a competir con las empresas tradicionales se produce una colisión estratégica: las empresas del antiguo mercado, acostumbradas a décadas de éxitos logrados con las estrategias operativas clásicas, no reconocen el riesgo que suponen las nuevas estrategias digitales que entran en la competencia. Se trata de estrategias que, tan pronto como alcanzan el nivel de datos y tecnologías necesarias para poner en marcha la inteligencia artificial, desencadenan un círculo de crecimiento exponencial, amenazando la actividad y la propia existencia de las empresas tradicionales. Hay innumerables ejemplos de gigantes del mercado mundial que en los últimos años han sido aniquilados por no haberse integrado a la revolución digital. Basta con mirar los ejemplos de Kodak o Nokia.
Resistir y competir en un sistema basado en la inteligencia artificial es posible, siempre y cuando estemos dispuestos a asumir la profunda transformación que ello requiere. Un ejemplo de esta dinámica es Microsoft, que ha decidido reinventarse, apoyándose en la herramienta Azure y en la inteligencia artificial para transformarse en un proveedor de servicios en la nube. Y luego están las empresas hijas de la digitalización, nacidas en esta nueva era económica —Uber, Airbnb o WeChat—, que ya tienen todas las herramientas adecuadas para competir.
Todas estas empresas, ya sean antiguas o nacidas en el mercado digital, tienen una cosa en común: un nuevo enfoque empresarial digitalizado y mejorado, que les proporciona un crecimiento exponencial y casi imparable gracias al uso de datos, algoritmos e inteligencia artificial, a la vez que los hace increíblemente escalables y adaptables para su expansión en múltiples campos. Hoy en día es más importante que nunca conocer todas estas dinámicas para poder enfrentarlas: nosotros mismos podríamos ser los próximos en tener que adaptar e implementar la inteligencia artificial y los sistemas virtuales.