Hay muchos ejemplos de cosas que echan raíces: ejemplos de epidemias sociales en las que ideas, productos y comportamientos se difunden en la población. Comienzan por un pequeño grupo de individuos y se difunden, a menudo de persona a persona, como un virus. Pero, ¿por qué sucede esto con algunos productos y no con otros? En algunos casos estos productos son simplemente mejores que los otros. A veces, en cambio, es el precio lo que nos atrae. A menudo la publicidad influye en la popularidad de un producto, porque compramos algo solo si estamos al corriente de ello. ¿Y en lo que respecta a las ideas?
Estas explicaciones no bastan. Pensemos en un vídeo en YouTube que alcanza millones de visualizaciones o en un nombre de niño que se hace más popular que otros. Para entender cómo una cosa consigue ser viral debemos pensar no solo en cómo se difunde, sino también en qué características provocan que las personas hablen de ella y la compartan con los demás.
Existen seis elementos que contribuyen a la transmisibilidad de algo y que podemos resumir con el acrónimo STEPPS. Estas características no garantizan que nuestro producto o nuestra idea se hagan fenómenos virales, pero pueden contribuir a su popularidad. Además, no todo lo que se hace viral contiene cada una de estas seis características, pero generalmente encontraremos al menos una de ellas, según la tipología del producto o de la idea.