Era el día 25 de abril de 1995, aniversario de la liberación de Europa. Umberto Eco había sido invitado como ponente a un simposio organizado por los departamentos de italiano y francés de la Universidad de Columbia. En esa ocasión, Umberto Eco pronunció un discurso en inglés titulado "Eternal Fascism", en el que repasaba las etapas de lo que había sido el advenimiento del fascismo en Italia, con su auge y caída.
La idea del discurso era reflexionar sobre el fascismo histórico, en un intento por iluminar el presente de alguna manera, haciendo un paralelismo entre el pasado y los sucesos de ese momento.
De hecho, esos días en Estados Unidos habían sido bastante agitados, pues poco tiempo antes se había producido el atentado de Oklahoma City, un ataque terrorista contra el edificio del gobierno federal donde 168 personas perdieron la vida (de las cuales 19 eran niños) y 672 resultaron heridas. El ataque había sido perpetrado por un grupo neonazi estadounidense.
Parecía que cada vez se formaban más grupos de extrema derecha en Estados Unidos, pero tras el atentado, el conocimiento se transformó en preocupación y en ansiedad por un futuro peligroso.
Entonces, el discurso de Umberto Eco se daba en un contexto de vulnerabilidad extrema de las conciencias, y por ello era necesario este estímulo para instar a los universitarios a llevar una vida sin nacionalismos. El texto mezclaba citas prestadas de Theodore Roosevelt, recuerdos personales de la infancia del autor sobre la liberación de Italia del nazismo y referencias al antifascismo estadounidense.
Por tanto, el tono era fluido, los conceptos y los recuerdos se habían sintetizado con el objetivo (o la esperanza) de poder llegar a la mente y al corazón de los jóvenes, que tenían el futuro en sus manos.
Más tarde, se retomó y se publicó el discurso de Umberto Eco en varias revistas, tanto en inglés como en su versión en italiano.