Vivimos tiempos complejos, en los que lidiamos con la pospandemia, la crisis económica, la política fragmentada y un sistema que ya no funciona correctamente para ninguno de los niveles de la sociedad. Cuando estamos pasando por un momento así, es fundamental encontrar nuevas formas y métodos para no entrar en una espiral descendente sin fondo. Efectivamente, es una oportunidad para solucionar las injusticias sociales, por un lado, y para dinamizar la economía de las empresas, por otro, y junto con ella, la de los países. Por supuesto, casi nunca es fácil optar por el cambio, y para implementarlo debemos estudiar, trabajar duro y aceptar que debemos asumir riesgos.
Según el autor, uno de los grandes problemas de la economía estadounidense es que repentinamente se detuvo el “ascensor social”, o mejor dicho, el famoso sueño americano donde cualquiera puede empezar desde cero y enriquecerse, pero que actualmente se ve comprometido por una serie de desafíos que son difíciles de resolver y superar. Actualmente un individuo no logra alcanzar una posición realmente próspera si proviene de un contexto de pobreza, aunque trabaje toda su vida. Es por eso que, para salvar el Sueño Americano que posibilitó el crecimiento de la economía estadounidense, debemos encontrar nuevas formas de generar riqueza para todas las personas y lograr un nivel de equilibrio para los trabajadores, eliminando las injustas desigualdades que provienen del contexto en donde naces.
Afortunadamente, en Estados Unidos existe un modelo económico dedicado a las empresas que, según el autor, podría ser una panacea para este estancamiento, ya que mejoraría el panorama laboral y retributivo para todos, y al mismo tiempo, le daría un gran impulso al desarrollo de las empresas y la economía en general. Se trata del modelo ESOP (Employee Stock Ownership Plan), o plan de acciones para empleados, que el mismo autor experimentó en primera persona como director ejecutivo de Burns & McDonnell Engineering, y que es uno de los casos de ESOP más exitosos. Este modelo permite que los empleados se conviertan en accionistas y propietarios de la empresa para la que trabajan, llegando incluso a poseer el 100 % de las acciones. Estas se compran sin necesidad de fondos preexistentes, sino con el trabajo de los propios empleados, quienes, con el tiempo, obtienen dividendos que no pesan sobre sus finanzas individuales. Como cada empleado también es dueño de la empresa, también está trabajando para garantizarse un beneficio personal, con lo que la empresa se revitaliza y se desarrolla más allá de las expectativas normales de un negocio que no es ESOP. Además, el crecimiento de las empresas y la riqueza de las personas es el método que guía el desarrollo de la economía de un país y, en última instancia, del mundo.
El modelo ESOP puede ser una pequeña ola que, a medida que crece y se expande, termina cambiando el destino de la economía global. Por supuesto, los cambios nunca son fáciles, como ya dijimos, y por ello hay que estudiar el modelo para saber cómo aplicarlo. El propósito de este libro es precisamente explicar cómo funciona el ESOP, partiendo de la experiencia personal del autor y respondiendo a las preguntas básicas: por qué, qué, quién y cómo.