En su libro, Ramsey responde a muchas de las preguntas más comunes sobre el dinero y las finanzas personales, y enseña cómo organizarse económicamente, ahorrar, salir de las deudas, invertir, planificar la jubilación, negociar un acuerdo y elegir el seguro adecuado. Este tema es muy importante porque aprender a gestionar nuestras finanzas no solo nos beneficia a nosotros mismos: después de construir nuestra riqueza, estaremos en condiciones de ayudar a los demás, y según el autor, este debería ser el objetivo final más importante de nuestro viaje financiero.
Uno de los primeros temas que Ramsey aborda es el ahorro, que considera como un elemento esencial para poder comenzar a planificar nuestros movimientos. Para algunos, es necesario tocar fondo antes de darse cuenta de la importancia de ahorrar, pero evidentemente no es necesario arruinarse para empezar a hacerlo. De hecho, deberíamos empezar lo antes posible, desde una edad temprana, y enseñar a nuestros hijos a hacerlo también. Al principio, ahorrar debe ser nuestra máxima prioridad.
El autor menciona una estadística según la cual siete de cada diez estadounidenses no están preparados para afrontar una emergencia de un gasto imprevisto de 5.000 dólares, y esta situación definitivamente tiene que cambiar. No se puede vivir de esta manera y estar constantemente en apuros. Hay otra razón por la cual deberíamos empezar a ahorrar lo antes posible, y es la posibilidad de aprovechar el poder del interés compuesto. El dinero ahorrado debe permanecer accesible en caso de necesidad, pero también tenemos que invertirlo y no dejarlo abandonado en una cuenta corriente, de lo contrario, con los años su poder adquisitivo disminuirá debido a la inflación.
Gracias a la dinámica del interés compuesto, con una tasa de rendimiento anual del 12 % en las inversiones, una persona que a los 19 años comienza a invertir 2 000 dólares al año por un período de 8 años, llegará a los 65 años con un patrimonio de más de 2 millones de dólares, habiendo invertido solo 16 000 dólares. En cambio, si otra persona comienza a los 27 años, cuando la primera ya ha terminado, para llegar a los 2 millones a los 65 años, debería invertir la misma cantidad, es decir, 2 000 dólares, con la misma tasa de interés, durante más de 38 años. Por eso es fundamental empezar temprano.
Sin embargo, para empezar es necesario ahorrar los primeros 1 000 dólares en un fondo de emergencia, y hacerlo rápidamente, antes de que las buenas intenciones desaparezcan, incluso si eso significa sobrevivir por un tiempo a base de arroz y frijoles. Aunque 1 000 dólares no sean mucho, esta primera suma de cuatro dígitos juega un papel enorme en nuestras finanzas porque significa un cambio de comportamiento, es decir que nuestro viaje financiero ha empezado de verdad. Finalmente, hemos decidido activamente hacer algo para gestionar mejor nuestro dinero. Luego, si tenemos deudas pendientes, debemos saldarlas antes de pensar en ahorrar. Una vez que nos hayamos liberado de las deudas, podemos empezar a ahorrar los primeros 1 000 dólares.
Por un lado, es importante mantener el fondo de emergencia accesible en todo momento. Sin embargo, estas sumas no deberían depositarse en nuestra cuenta principal, sino en una cuenta separada. Después de eso, la clave es la constancia: el ahorro debe convertirse en un hábito que repetimos automáticamente cada mes, o cada vez que recibimos dinero por nuestro trabajo. La disciplina es la clave para crear riqueza. Puede parecer fácil apartar 100-200 dólares al mes, pero hacerlo todos los meses durante un par de décadas no es tan sencillo.