Trabajo profundo —un término acuñado por el propio Cal Newport— incluye aquellas actividades profesionales que se implementan en un estado de concentración libre de distracciones que lleva nuestras capacidades cognitivas a su límite más alto. Estos esfuerzos crean nuevos valores, mejoran nuestras capacidades y son difíciles de replicar. En la práctica, el trabajo profundo nos permite "exprimir" hasta la última gota de valor de nuestra capacidad intelectual. No es casualidad que las vidas de muchas figuras influyentes de la historia reciente y pasada tengan en común el compromiso con el trabajo profundo: uno de ellos, Carl Jung, incluso construyó una torre donde pasó períodos en profundo aislamiento intelectual.
Sin embargo, el enfoque de muchos intelectuales del pasado contrasta con el de los modernos "trabajadores del conocimiento", que se caracteriza por una tendencia a la distracción incrementada por los omnipresentes sistemas informáticos (correo electrónico, sms, WhatsApp y otros mensajes instantáneos, redes sociales y feeds digitales). La creciente propagación de estos sistemas y su omnipresente accesibilidad han fragmentado drásticamente la atención de la mayoría de los trabajadores del conocimiento. Este estado de atención fragmentado contrasta con el trabajo profundo, que requiere largos períodos de pensamiento ininterrumpido. Al mismo tiempo, sin embargo, no se puede decir que los trabajadores modernos del conocimiento pasen sus días de trabajo en el ocio: por el contrario, parecen —y se sienten— más ocupados que nunca. Entonces, ¿de dónde viene esta incoherencia.
Para explicar esto necesitamos introducir el concepto de trabajo superficial, es decir, aquellas actividades logísticas que no requieren esfuerzo cognitivo, a menudo implementadas en un estado de distracción. Estas tareas tienden a no crear mucho valor nuevo en el mundo y son fáciles de replicar. En la práctica: son lo opuesto al trabajo profundo. En la era de los sistemas informáticos, los trabajadores del conocimiento reemplazan cada vez más el trabajo profundo con la alternativa superficial, una actitud que es difícil de modificar por muchas razones.