Todos sabemos que es posible que personas con experiencia y un título sean incapaces de ser buenos líderes, pero menos conocido es el concepto de que no se puede ser un buen líder si se carece del título y la antigüedad. Sin embargo, este es un punto a tener en cuenta, porque el rol, es decir, la reconocibilidad, es una de las características fundamentales del poder, al igual que la capacidad de comunicar las propias decisiones. El tercer aspecto de la "tríada del poder" según Robert Dilenschneider es la capacidad de ejercer la propia influencia, factor que merece ser explorado para comprender qué es realmente el liderazgo.
Hitler, Jesús, Osama Bin Laden, Churchill y Kennedy son todos personajes que sin duda fueron líderes, en gran parte debido a su capacidad para transmitir sus ideas y atraer seguidores. ¡Pero ellos no están solos! Tim Elmore, fundador de Growing Leaders, argumenta que, incluso el más introvertido, influye en miles de personas a lo largo de su vida. Esto significa que cualquiera de nosotros es un líder, aunque no lo sepamos. Muchas veces no nos detenemos a evaluar cuánto influimos en la vida de los demás, porque la dinámica del liderazgo es fluida. Pensemos, por ejemplo, en un niño que se prepara para ir a la escuela. Mientras él está en casa, la madre es la figura de influencia dominante, que le "impone" comportamientos y acciones. Luego, cuando se encuentra con amigos en el autobús escolar, puede ser uno de ellos, o él mismo, quien toma el mando del grupo y asume así el papel de líder. Una vez en clase, el bastón de mando pasa automáticamente al profesor. Entonces, en cada circunstancia, incluso en la más simple, la pregunta que debe hacerse es: ¿quién es el individuo que influye en el comportamiento del grupo? ¿A quién miran los demás para saber cómo comportarse?