La vida política de una sociedad refleja la manera en que se desarrollan las diferentes necesidades de sus grupos. El contrato social nace de estas interacciones y la posibilidad de vivir en plena libertad también depende de nuestra consciencia sobre la realidad, las diferencias entre las personas, y las maneras de vivir y de estar en el mundo.
Según Thomas Sowell, un excelente método para evaluar el estado de la situación es, desde un punto de vista sistémico, utilizar los datos de la manera más neutra posible y, desde un punto de vista individual, aceptar las disparidades que naturalmente existen. De hecho, el autor afirma que muchos discursos políticos utilizan de manera errónea los datos para interpretar la realidad a su favor y que por culpa de su difusión muchas personas consideran algunos factores naturales y evolutivos como un mero producto de la voluntad humana. El desacuerdo entre las diferentes partes de una sociedad no solo es inevitable sino que además es lo que permite el verdadero progreso. Sin embargo, las discusiones tienen que fundarse en factores empíricos y no en premisas o conclusiones implícitas completamente falsas. Bajo este punto de vista, el tema de las disparidades es el terreno de enfrentamiento más accesible.