Si tuviéramos que elegir una herramienta de marketing corporativo que está constantemente subestimada y que rara vez se utiliza bien, sería sin duda el boletín. De hecho, en el panorama actual las empresas prestan atención hasta al más mínimo detalle en sus redes sociales, su blog o su web, pero cuando se trata de boletines, normalmente se les considera como un trabajo para becarios y juniors.
Hay al menos dos razones por las que este razonamiento es erróneo. La primera es que el boletín es una herramienta que le pertenece a la empresa, y como tal, debe considerarse como un verdadero activo. Por ejemplo, las redes sociales no se pueden considerar como un recurso corporativo porque están controladas por terceros. De hecho Facebook, Instagram, Twitter y cualquier otro canal social en el que pongamos nuestro arduo trabajo podría cerrarse de la noche a la mañana y desaparecer, lo que nos dejaría sin nada. Por su parte, un boletín es un canal al cual nuestra empresa puede controlar todos sus matices, lo que nos permite crear una lista de contactos directos que ya sabemos que están interesados en nuestros productos o servicios.
La segunda razón es la relación directa con los clientes. A menudo, el boletín se considera una tarea de marketing que tiene que realizarse a la fuerza, pero en realidad, si cambiamos ligeramente el punto de vista, nos daremos cuenta de que es una herramienta valiosa a la que debemos prestar la atención que se merece, ya que los correos electrónicos que enviamos a nuestros clientes son un contacto directo. No cabe duda de que los que están registrados están interesados, y si les escribimos de la manera correcta, podremos estar seguros de que nos leerán, escucharán y seguirán. Ningún otro canal ofrece esta posibilidad, ni siquiera las redes sociales, ya que, aunque paguemos por la publicidad, no sabemos exactamente a quiénes estamos llegando, si están interesados y si será el comienzo de una relación a largo plazo. Al contrario, el boletín es un canal económico, y si lo aprovechamos al máximo, es perfecto para crear relaciones duraderas que se desarrollen en el tiempo.
Esto no es todo: según algunas investigaciones sobre métricas, también es el canal que ofrece el mayor retorno de la inversión. Según un estudio de 2014 de McKinsey, cada dólar que se gasta en email marketing devuelve 40 veces lo que se invierte en las redes sociales más populares, como Instagram y Facebook.
Con estos datos en mano y sabiendo que es una herramienta tan potente, queda claro que invertir recursos en la creación, el crecimiento y el mantenimiento del boletín corporativo es una acción de importancia primordial.