La comida es complicada, puesto que es uno de los elementos más valiosos y multifacéticos de nuestro universo, pero, al mismo tiempo, puede ser muy simple.
La comida ha sido la base de todas las civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad. El ser humano va y se queda donde hay comida, y también ha intentado comer realmente de todo.
El problema surge cuando las personas comienzan a creer que los alimentos más sabrosos son los más dañinos para su salud. La realidad es que hay alimentos saludables que también son muy buenos. La comida no es solo el "combustible" que necesitamos para existir. Cada vez que alguien diga "comemos para vivir, no vivimos para comer", tendríamos que salir corriendo para evitar una discusión interminable. Además de dar energía, la comida está hecha para ser disfrutada y saboreada, y para dar satisfacción y felicidad.
Cuando comemos, esto no solo afecta nuestro peso, sino también nuestra capacidad de concentración, de comunicarnos con los demás e incluso de ganar más o menos. Nada en el mundo afecta tantas áreas de la vida humana como la comida, y es precisamente por eso que la relación de las personas con la comida es más compleja de lo que debería ser.