El río Mekong es el principal río del sudeste asiático. Atraviesa Birmania, Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam y la provincia china de Yunnan. Su cuenca, es decir la porción de territorio de la que un río recibe su agua, cubre una región tan vasta como Alemania y Francia juntas. El Mekong tiene aproximadamente un kilómetro y medio de ancho, pero en algunas áreas su ancho es aún mayor. Es un río de fundamental importancia: vierte más de 475 mil millones de metros cúbicos de agua al mar cada año, proporcionando sustento de vida a millones de personas. Tiene la densidad más alta de peces de agua dulce del mundo, de las especies más variadas. La importancia del Mekong para la población local es enorme dada la gran cantidad de pescado capturado. Además, cuando crece, su agua alimenta los arrozales con agua y limo, que es el sedimento rico y fértil que dejan las aguas de los ríos tras las crecidas.
El autor se explaya en la descripción del Mekong porque este río tan importante podría ser una de las primeras víctimas del cambio climático. Su delta, es decir, el depósito de escombros creado por un río en su desembocadura en el mar, es extremadamente delicado. Su forma plana y las inundaciones frecuentes lo ponen en grave peligro. Es importante subrayar que los daños que podría sufrir el Mekong no se limitarían al sudeste asiático; su papel es tan fundamental que las consecuencias también se sentirían en el resto del mundo. A pesar de que la condición de este río es peculiar, también hay otras áreas de la tierra que están bajo una amenaza similar. El autor cita, por ejemplo, las llanuras de Bangladesh, los pantanos de Florida y la desembocadura del Mississippi. Tenemos que entender que lo que está lejos, nos afecta de igual modo, porque el mundo está interconectado y ningún lugar puede considerarse a salvo de las consecuencias del cambio climático.