Para comprender la razón por la que ciertos grupos se desempeñan mejor que la suma de las capacidades de cada uno de sus miembros, Peter Skillman decidió realizar una competición en la que dos grupos tenían que construir una torre de espaguetis, cinta adhesiva y cuerda, con un malvavisco en la cima, y el ganador sería el que lograra construir la torre más alta. Los grupos que competían eran los siguientes: uno conformado por cuatro estudiantes de una escuela de negocios y otro por cuatro niños de un jardín de infantes. El experimento se repitió decenas de veces y con diferentes participantes, pero siempre ganó el grupo de niños, que lograron hacer torres con un promedio de sesenta centímetros de altura, mientras que los estudiantes lograron construir torres de menos de 25 centímetros de altura. Al observar su comportamiento, se descubrió que mientras los estudiantes perdían de vista el objetivo al concentrarse en decidir quién debía hacer qué, los niños actuaban como un solo organismo, a la par y ayudándose unos a otros.
La cultura dentro de un grupo, es decir, el conjunto de creencias y comportamientos que caracterizan a un grupo de personas, es una fuerza poderosa que puede conducir al éxito o al fracaso de una organización. Según un estudio de la Universidad de Harvard, una fuerte cultura de grupo puede aumentar los ingresos netos de una empresa en un 765% en diez años. Cuando hablamos de cultura grupal, solemos pensar en los siguientes ejemplos: Google, Pixar, Disney, o los equipos de Tierra, Mar y Aire de la Armada de los Estados Unidos. Cada uno de estos grupos se destaca por una característica en particular que los distingue, como si estuviera contenido en el ADN de sus miembros. Vista así, la cultura grupal parece ser un regalo caído del cielo: algunos afortunados la tienen, pero otros no. Sin embargo, la realidad es otra, ya que cada grupo puede crear su propia cultura utilizando un conjunto específico de habilidades que se pueden aprender fácilmente.
Hay tres reglas universales que pueden generar cohesión y cooperación en un grupo y convertirlo en un equipo exitoso. La primera es aumentar la sensación de seguridad entre los miembros del grupo. La segunda es aprender a no ocultar las propias debilidades y a compartir el sentimiento de vulnerabilidad con otros miembros para mejorar juntos. La tercera es establecer un propósito compartido mediante una narrativa de identidad que guíe al grupo hacia el objetivo deseado.