El Bullet Journal es una herramienta que ayuda a organizar mejor nuestros días y nuestros objetivos, y su efecto colateral es que las personas que lo utilizan se sienten más equilibradas, seguras y motivadas.
Puede considerarse una autobiografía del futuro, una manera para darnos cuenta de lo que el ajetreo de la cotidianidad nos esconde, entender de qué manera nuestro pasado nos ha traído hasta donde estamos ahora y diseñar nuestro futuro con intencionalidad.
El Bullet Journal nos motiva a aprender del pasado, reflexionar sobre los errores, reconocer lo que ha funcionado y poco a poco aprender a distinguir lo que realmente es importante de lo que no tiene ninguna relevancia. Nos permite obtener una toma de conciencia cada vez mayor, muy valiosa en el momento de hacer elecciones que estén en consonancia con nuestros principios y cambiar nuestra historia personal, si el camino que hemos tomado no nos gusta.
El método Bullet Journal nos ayuda a llevar una vida intencional, empezando por el conocimiento de nuestra mente y su funcionamiento. ¡Cotidianamente, todos producimos tantos pensamientos que, si cada uno de ellos fuera una palabra, tendríamos contenido suficiente como para escribir un libro al día!
El problema es que estos pensamientos no salen de nuestra mente ordenados y con coherencia, como en un libro, sino que salen desordenados y de forma casual. De esta manera, nuestra mente se siente obligada a luchar contra una sobrecarga de pensamientos que la obstruyen; todo esto afecta nuestra capacidad para concentrarnos y establecer prioridades que nos permitan tener una existencia completamente satisfactoria. Estamos demasiado ocupados, tenemos poco tiempo y nunca estamos contentos, porque no nos estamos focalizando en las cosas importantes, perdiéndonos entre la gran cantidad de obligaciones y compromisos sin llegar a ninguna conclusión.
El método Bullet Journal nos ayuda a concentrarnos en pocos objetivos relevantes, para reducir el número de decisiones que debemos tomar cada día (consecuentemente también el estrés y el uso de energía disminuyen). Tal y como hacía Steve Jobs, que siempre vestía con vaqueros y camiseta de cuello alto negra: ¡no tenía tiempo para decidir cómo vestirse porque concentraba toda su energía decisional en sus proyectos laborales!