Mientras que los banqueros de inversión se encargan de cuestiones puramente financieras, como los cambios de precio y los movimientos del mercado, los comerciantes de materias primas (que a lo largo de este análisi llamaremos “traders” o “commodity traders”) tratan con bienes físicos esenciales como el petróleo, los cereales y los metales. De hecho, estos agentes controlan los movimientos de los recursos en todo el mundo y con el tiempo han ido adquiriendo una reputación de increíble audacia personal. Los autores nos explican que son los últimos temerarios del capitalismo global, dispuestos a hacer negocios en donde otras empresas no se atreven a entrar, prosperando a través de un mixto de crueldad y encanto personal.
Al día de hoy, la importancia de las materias primas es mayor que nunca porque son los recursos en los que se basa el mundo ya que la población aumenta cada vez más: esto significa que los recursos básicos para la subsistencia de la humanidad empiezan a escasear. El problema nace del hecho que, a pesar de la creciente importancia económica y política que han obtenido en las últimas décadas, estos recursos permanecen bajo el control de pocas personas y empresas.
He aquí que los autores han querido escribir este libro para aclarar algunos aspectos y definir la situación actual y algunos hechos históricos que nos han conducido al escenario de estos días.