Ningún individuo está solo en el universo. La consciencia humana está conformada por miles de millones de mentes individuales, y cada una tiende a percibir su propia existencia como única y singular. Sin embargo, no existe una distinción realmente significativa entre las consciencias individuales. Cada individuo forma parte de un vasto océano de conocimiento y verdades universales, y la clave para acceder a este es la eliminación de las barreras internas impulsadas por el ego.
Al igual que un teléfono inteligente o una computadora pueden acceder a Internet, cada cerebro humano puede acceder a una base de datos universal de verdades que se basan en una consciencia colectiva más amplia.
El ser humano está convencido de que tiene el control de las fuerzas que determinan su existencia, cuando en realidad está gobernado por un poder que se origina en fuentes desconocidas y sobre las que no tiene control. Es un poder que permanece invisible y se ignora, ya que no se expresa a través del esfuerzo. La fuerza se puede percibir a través de los sentidos, pero solo podemos percibir el poder a través de la consciencia interna.
A finales de los años 70, el doctor John Diamond y H.O. Kendall desarrollaron una nueva disciplina llamada Kinesiología del comportamiento. Según esta teoría, el cuerpo humano reacciona a los estímulos a nivel muscular de forma más fuerte o más débil, dependiendo de si se le presentan estímulos positivos o negativos al sujeto. Los estudios de Diamond y Kendall demostraron que no hay necesidad de estímulos físicos, ya que los estados emocionales y mentales también desencadenan una respuesta de fuerza o debilidad.
Hawkins utilizó los estudios de kinesiología como punto de partida para demostrar que la verdad intrínseca de una afirmación se puede determinar a través de una prueba de kinesiología que mide la fuerza o la debilidad de la fuerza muscular en un sujeto. Al sujeto de prueba se le hace una pregunta que requiere de una respuesta afirmativa o negativa, mientras mantiene un brazo paralelo al suelo. Si la afirmación es falsa, el brazo del sujeto se debilitará y el examinador podrá empujar el brazo hacia abajo fácilmente. Si la afirmación es verdadera, el brazo del sujeto se fortalecerá y resistirá el intento del examinador de empujarlo hacia abajo.
La prueba fue diseñada para probar la existencia de una base de datos universal de verdades. Todos los eventos y pensamientos forman parte de un entramado mucho más grande de la consciencia, y cualquiera puede acceder a ellos en cualquier momento. Por ejemplo, las grabaciones de políticos dando discursos que luego resultaron ser mentiras pueden ser reproducidas durante la prueba por un sujeto que no esté familiarizado con la política. Independientemente de la nacionalidad, el nivel socioeconómico u otros factores diferenciadores del sujeto de prueba, cuando se le pide que verifique la verdad del discurso falso, el brazo se debilita.