El cambio climático existe y es provocado por la acción humana, de eso no hay duda. Pero el alarmismo que acompaña a esta información podría llevarnos por mal camino. Vivimos en una época en la que predomina el miedo al futuro, promovida por los medios de comunicación y la clase política, y quienes pueden aprovechan para lucrar con este. Los periódicos tienden a enfatizar los escenarios del fin del mundo, y el año 2030 es considerado el punto de inflexión entre la supervivencia y el fin de la humanidad. La única solución de la que hablamos hoy en día es transformar radicalmente nuestra economía eliminando los combustibles fósiles y reduciendo las emisiones de carbono a cero. Nos dicen que nuestra salvación está en la energía renovable. El tiempo corre, el reloj no se detiene y el miedo aumenta, y vemos que hay cada vez más escenas de pánico colectivo: activistas que irrumpen en los museos para tratar de llamar la atención sobre el tema; o marchas de jóvenes con pancartas que invitan a los responsables a tomar una posición al respecto, como el cartel que sostiene una joven durante una marcha por el clima que reza “tú morirás de vejez, yo moriré por el cambio climático”; y también libros que anuncian que estamos al borde de un declive irreversible y que las cosas irán mal (muy mal) si no actuamos ahora.
En los últimos veinte años, los científicos han logrado obtener datos cada vez más precisos sobre el cambio climático, y hoy en día esta información nos muestra que los escenarios apocalípticos que tanto temen los medios no son reales. El cambio climático es un problema que no debemos subestimar, pero lo más importante es que es un problema que podemos manejar. Al mismo tiempo, la retórica que utilizan quienes no son expertos se ha vuelto cada vez más irracional y extrema, a tal punto que la atención se enfoca en un solo aspecto del cambio climático: la necesidad de eliminar los combustibles fósiles. Esta necesidad no es mala en sí misma, al contrario. Lo que no es bueno es enfocarse solo en este aspecto e ignorar por completo otros desafíos que son más urgentes y manejables y que el mundo está llamado a enfrentar.