¿Qué significa vivir - y trabajar - en plena "economía de distracción"? Significa estar agobiados por tanta información, herramientas y estímulos de todo tipo. Si hace unos años la tecnología parecía prometer ayuda para trabajar cada vez menos, hoy hemos comprobado que es una ilusión.
La mayoría de nosotros estamos obligados a ocuparnos de varios trabajos al mismo tiempo, teniendo que dedicar la propia atención a una gran cantidad de cosas, sin realmente poder concentrarnos. Y esto sucede tanto en la oficina como en el hogar: gracias a las nuevas tecnologías, el trabajo nunca nos abandona.
Todo esto, en lugar de ayudarnos a trabajar mejor, nos ha transformado en máquinas de trabajo, incapaces de detenernos, convencidos de que reducir la velocidad signifique disminuir nuestra productividad, que parece ser el objetivo final de todo lo que hacemos. Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado qué es la productividad?
Pensándolo bien, tenemos un concepto relacionado con la era industrial, durante el cual el objetivo era producir más, más rápido. Hoy, por el contrario, sabemos que trabajar más no significa aumentar la productividad de manera proporcional, y conocemos los efectos secundarios del ritmo rápido: el cansancio y el estrés aumentan hasta el agotamiento.
Nuestra respuesta automática es la de adoptar sistemas y herramientas capaces de optimizar lo que hacemos, de modo que tengamos algo de tiempo libre que cubrimos con otro trabajo, volviendo al problema inicial.
El objetivo de este método es lograr más trabajando menos. El programa se divide en tres pasos fundamentales, cada uno de los cuales incluye tres acciones.