Para muchas personas, la relación con el dinero es una fuente diaria de ansiedad e insatisfacción. Frases como "nunca alcanza", "no llego a fin de mes", "gano muy poco" y "no puedo ahorrar nada" son comunes.
El concepto de la integridad financiera promete cambiar esta percepción, lo cual se logra cuando todos los elementos relacionados con el manejo del dinero (ingresos y gastos y todo lo que tiene que ver con el dinero en el presente y en el futuro) están en su lugar, es decir, cuando se los administra de la mejor manera posible. El proceso consta de diez pasos, y una vez que lo hayamos completado, la seguridad económica estará en nuestras manos.
Pero debemos tener cuidado. La seguridad económica es una sensación de tranquilidad psicológica ligada no tanto a la cantidad de dinero que tenemos en la cuenta corriente en un momento determinado, sino a ser conscientes de que podemos administrar el dinero en cualquier situación, tanto en los momentos de abundancia como de escasez. El objetivo es dejar de temerle al fantasma de un colapso financiero. En definitiva, la tranquilidad económica no es sinónimo de independencia financiera (la que nos hace decir “ya no necesito trabajar”), sino que es la liberación de las ataduras y los miedos que nos impiden hacer que el dinero trabaje por nosotros, y no viceversa.
Los diez pasos se dividen en dos momentos distintos. Los primeros cinco nos permiten crear una base económica segura y confiable para automatizar los procesos de pago y acumulación. Los otros cinco nos harán enfocarnos precisamente en el dinero que trabaja por nosotros, las inversiones y el futuro.