Cuando pensamos en un proceso de venta, nos imaginamos algo muy simple: ofrecer un producto o servicio que está destinado a ser comprado por un cliente. El éxito de este proceso dependería de la habilidad del vendedor. Este parece ser un modelo obsoleto, y los autores del libro, Burg y Mann, lo han cuestionado. De hecho, a ellos les debemos las cinco leyes del éxito exorbitante.
No es una fórmula mágica que convierte una idea en dinero, sino un enfoque completamente diferente.
A través de las cinco leyes del éxito, los autores han demostrado que se vende más cuando ofrecemos más. Por lo tanto, el secreto del éxito está en la generosidad del vendedor que consigue establecer relaciones, comunicarse con eficacia y ponerse en el lugar del cliente. Aunque parezca una contradicción, el hecho de dar es precisamente lo que hace que recibamos más. El vendedor "vende" a través de la generosidad que demuestra.
Según los autores, cuando se aplican las cinco leyes del éxito exorbitante, que forman parte de las llamadas leyes del dar, es posible recibir mucho y vivir una vida de abundancia.
Son cinco leyes que destacan la presencia del otro y subrayan: la importancia de dar valor, darle importancia al otro, la capacidad de influir significativamente en la vida del otro, la importancia de ser uno mismo y, por tanto, ser auténtico, y finalmente, la importancia de permanecer abiertos a los demás.
“El otro” se define como una persona que recibe atención. La importancia que se le da a la otra persona es precisamente lo que determina el éxito del vendedor. Todo gira en torno al concepto de “dar valor”, en el sentido de tocar significativamente la vida de las personas. Por lo tanto, el proceso de ventas dependerá del siguiente patrón: dar valor, tocar la vida de las personas, construir relaciones y redes, ser auténtico y permanecer abierto.
Quien gestione y gobierne las cinco leyes, es decir, estos cinco aspectos importantes, podrá acceder a una forma superior de éxito, que va más allá del mero aspecto económico.
Hay una clara diferencia entre el éxito económico y el que se deriva de las cinco leyes. El primero es personal, y quizás también autorreferencial, mientras que el éxito que se deriva de las cinco leyes es consecuencia de un movimiento social que involucra a varias personas. Por lo tanto, el éxito económico es una consecuencia directa.
Prueba de ello son las numerosas historias de personas que lograron dominar este tipo de prácticas y vieron que sus vidas mejoraron. Son personas que lograron cambiar su enfoque de recibir al de dar.
El principio que subyace a las cinco leyes podría resumirse como "ir y dar".