La creatividad es una habilidad que está presente en cada uno de nosotros, pero que pocos aprenden a gestionar y desarrollar de manera profunda y funcional.
Cuando pensamos en la palabra “creatividad”, a menudo pensamos en personajes famosos como Miguel Ángel, Einstein o Mozart, personajes que, aunque tienen méritos en distintos campos, han sabido fascinarnos y demostrar que es posible ir más allá, darnos cuenta de fenómenos inusuales y cuestionarnos sobre temas que los demás dan por sentado o simplemente no son capaces de percibir, asociando pensamientos aparentemente incompatibles.
Pero para ser creativos, realmente no necesitamos desarrollar la teoría de la relatividad, convertirnos en el más famoso de los compositores o pintar toda la Capilla Sixtina. Existen muchas formas de expresar nuestra creatividad, aunque solo sea a través de la mente. Por ejemplo, nuestra forma de pensar procede por asociaciones de recuerdos, fenómenos y palabras, hasta llegar a construir un pensamiento original, nuevo y diferente respecto a sus componentes, pero que de alguna manera los engloba a todos.
También podemos hacer un trabajo de manera creativa, por ejemplo, utilizando ciertos materiales de una manera en la que nadie más ha pensado antes, pero que son efectivos para nuestro propósito.
Entonces, las dos características fundamentales de la creatividad son la originalidad y la utilidad. De hecho, esta es la definición principal que propone el autor: la creatividad es la capacidad de crear, pensar y hacer algo único, innovador y útil para el objetivo que queremos alcanzar.
En la realidad cotidiana utilizamos nuestra capacidad creativa para resolver problemas, principalmente. Todos los días tenemos que llevar a cabo esta tarea muchas veces y en diferentes situaciones, cada una de las cuales nos pone ante una pregunta que necesita una respuesta. Usando un enfoque creativo, no solo podremos encontrar una solución al problema, sino que a menudo encontraremos más de una, para luego poder identificar la mejor.
Por lo tanto, la creatividad resulta ser una característica muy útil no solo a nivel individual, sino también en muchos otros ámbitos: a nivel social, gracias a su capacidad para llevarnos a nuevos descubrimientos científicos; a nivel artístico, generando corrientes de pensamiento, arte e invenciones; a nivel laboral, dando inicio a sectores y ocupaciones completamente nuevos en el mundo actual. Pensemos, por ejemplo, en cuántos nuevos tipos de trabajos ha generado la llegada de internet. Por eso es tan importante estudiarla y profundizarla.