Uno de los primeros problemas que debemos enfrentar cuando iniciamos un negocio es entender a fondo el proceso productivo. Esto se debe a que cada empresa es diferente y puede tener características precisas o querer satisfacer necesidades específicas.
Para entender el escenario, por lo tanto, debemos examinar los aspectos únicos de la empresa, dividiendo el proceso de producción en pequeños pasos. Dicho enfoque resulta esencial para optimizar el output, es decir, el resultado.
Grove explica esta idea tomando como ejemplo la preparación de un desayuno clásico que consiste en café, huevos cocidos y tostadas. Para que el desayuno llegue al cliente a tiempo, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones preliminares: el café, la tostada y el huevo cocido deben estar listos al mismo tiempo, teniendo en cuenta que cada uno de estos alimentos tiene diferentes tiempos de preparación. Aunque esto parezca ser algo casi insignificante, esconde el principal secreto de una producción excelente: saber manejar el tiempo. De esta manera, al realizar el análisis del proceso de producción del desayuno, debemos tener en cuenta el tiempo de cocción del huevo para que sea incluido como actividad prioritaria, siguiendo con la tostada y finalmente con el café. Si hay muchos desayunos para preparar, será necesario diseñar un sistema continuo de cocción de huevos para tenerlos siempre listos. Necesitaremos una tetera automática para dispensar continuamente café, y por consiguiente es posible que sea necesario replantear y adaptar el proceso de producción. Lo importante en este proceso, según Grove, es la identificación del “punto de obstáculo” —aquello que puede frenar o interrumpir la producción— para así construir el proceso de acuerdo con la superación de este límite específico.
El ejemplo del desayuno puede extenderse a cualquier negocio, porque el objetivo de Grove es, a fin de cuentas, enfocar la atención en el factor tiempo. Los análisis preliminares de los procesos y sus resultados son indispensables para poner en marcha un negocio. Es indispensable que el enfoque permanezca en el resultado, comprendiendo las debilidades o fortalezas de un proceso para así poder intervenir de inmediato optimizando las acciones que deben ser ejecutadas para lograr el resultado deseado.