Aristóteles pensaba que la Tierra no se movía y que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas giraban a su alrededor en órbitas circulares, respetando el pensamiento de que la Tierra era el centro del universo. El modelo sucesivo, propuesto por Ptolomeo (siglo II d.C.), respetaba la Biblia: para él, la Tierra era una esfera en el centro de 8 esferas concéntricas rotantes que contenían los planetas. La última esfera era la de las estrellas fijas y también era el límite del cosmos. Ahora viajemos al año 1514, cuando Copérnico hizo circular su modelo (aunque inicialmente de forma anónima por miedo a ser acusado de hereje), según el cual era la Tierra que, junto a los demás planetas, se movían en órbitas circulares alrededor del Sol, que estaba inmóvil en el centro del sistema. Las confirmaciones llegaron gracias a los estudios de Galileo y Kepler, y este último sugirió que las órbitas de los planetas eran elípticas.
En 1687, Isaac Newton publicó los Philosophiae naturalis principia mathematica (Principios matemáticos de la filosofía natural) presentando la ley según la cual todos los objetos inanimados tienden a permanecer en este estado hasta que no llegue una fuerza que lo modifique. En consecuencia, si los planetas se mueven alrededor del Sol siguiendo órbitas elípticas, necesariamente este movimiento tiene que deberse a una fuerza, a la que Newton llamó “gravedad", la misma fuerza que hace que un objeto caiga al suelo en lugar de permanecer flotando en el aire.
Newton también definió la matemática con la que analizar en términos numéricos la reacción de los objetos sujetos a fuerzas como la de la gravedad, y resolvió las respectivas ecuaciones. De esta manera, también pudo demostrar que, a causa de la gravedad del Sol, la Tierra y los demás planetas se mueven en órbitas elípticas… ¡Tal y como había intuido Kepler!
Una vez abandonado el sistema ptolemaico, también desapareció la idea de límite y por primera vez se empezó a pensar que tal vez las "estrellas fijas" eran como otros Soles situados en el centro de sistemas parecidos al nuestro. La idea de Universo cambió radicalmente.
Hoy en día, los científicos describen el universo con la teoría de la relatividad general y la teoría de la mecánica cuántica. Estas dos teorías, que surgieron en la primera mitad del siglo XX, tienen diferentes ámbitos de aplicación que no pueden sobreponerse ya que son incompatibles entre sí. La teoría de la relatividad general describe la fuerza de la gravedad y la estructura del universo por orden de tamaño, que va desde algunos kilómetros hasta millones de millones de millones de millones de kilómetros (es decir un 1 seguido por 24 ceros). En cambio, la mecánica cuántica define los fenómenos que ocurren a escala extremadamente reducida, como una millonésima de millonésima de centímetro. Hoy en día, uno de los principales objetivos de la física es encontrar una nueva teoría que incluya a las dos, es decir una teoría cuántica de la gravedad.