Una definición muy sencilla de popularidad como la capacidad de gustar a la mayoría es problemática ya que son realmente pocas las cosas que le gustan a la mayoría de las personas. Incluso el mayor éxito del mundo es realmente desconocido por la mayoría. Se puede decir que desde un punto de vista mayoritario nada es popular. El mainstream no existe, la cultura está hecha por cultos.
Este libro habla de hits, de aquellos pocos productos que alcanzan una popularidad extraordinaria y un éxito comercial en la cultura pop y en los medios, y se pregunta cuál es su secreto.
La primera tesis del libro es que muchos consumidores son simultáneamente neófilos (curiosos por descubrir cosas nuevas) y neofóbicos (temerosos de cualquier cosa que sea demasiado nueva) y que los mayores creadores de éxitos son capaces de crear momentos significativos combinando lo nuevo con lo viejo, la obsesión por la novedad con la seguridad de la comprensión.
Otra cosa importante que debes saber, si tienes un producto nuevo que ofrecer, es la forma en la que las ideas se propagan a través y dentro de los grupos, la distribución es fundamental para el éxito de un producto. Para saber cómo hacer que tu idea llegue al público, hay reglas que debes aprender, tienes que entender qué es lo que une a las personas y las hace hablar.
La revolución de los medios en los últimos sesenta años ha cambiado la forma en la que utilizamos los videos y las imágenes. La industria cinematográfica ha sido suplantada por la televisión, el sofá ha reemplazado a las salas de cine y hoy, las herramientas digitales le han quitado el puesto a la televisión.
La atención mundial se está desplazando de los contenidos infrecuentes, grandes y transmitidos (millones de personas que van al cine una vez por semana) a contenidos frecuentes, pequeños y sociales (millones de personas que miran las redes sociales en sus móviles cada pocos minutos). El futuro de los hits es democrático, caótico, cualquiera que tenga acceso a un móvil puede ser el creador del siguiente contenido viral de la semana, cualquiera puede ser un hit maker. Millones de personas compiten por la atención, pero solo unas pocas se convertirán en grandes.