El siglo XXI se caracteriza por una estabilidad que el ser humano nunca había conocido antes. De hecho, en las últimas décadas, la pobreza, las epidemias y las guerras han dejado de ser una amenaza para la supervivencia tal y como lo habían sido en el pasado, y pueden considerarse totalmente bajo control. Hoy en día, en una buena parte del mundo, hay muchas más probabilidades de morir por los efectos de una dieta desequilibrada que de hambre. De la misma manera, muchos países desconocen la violencia de la guerra y la estabilidad resultante ha tenido efectos positivos en sus economías. Este no es un mundo ideal, sino simplemente un mundo en el que el ser humano tiene un enfoque diferente ante eventos como las hambrunas o las epidemias. De hecho, actualmente estos eventos se ven como el resultado de un error de cálculo, y que por lo tanto podría haberse evitado.
En un mundo en el que era normal que muchos niños murieran antes de llegar a la adolescencia, que las mujeres no sobrevivieran al parto, que cualquier enfermedad exterminara a familias o pueblos enteros, y en el que la población estaba continuamente amenazada por las hambrunas y las guerras, el Homo sapiens aspiró durante mucho tiempo a la vida después de la muerte. Algunas religiones como el cristianismo y el islam han santificado la muerte y se han centrado en el mensaje de que la vida después de la muerte es mucho más importante y satisfactoria que la actual.
Hoy, sin embargo, el escenario ha cambiado: el miedo a la muerte va acompañado de un altísimo respeto por la vida, que en conjunto han contribuido al desarrollo de nuevas perspectivas y expectativas. La esperanza es que quizás, en el futuro, se pueda evitar la muerte, o al menos posponer ese momento por mucho tiempo, ya que gracias a las innovaciones tecnológicas, los límites del cuerpo humano podrán superarse, y el Homo sapiens será capaz de aspirar a una nueva condición mucho más cercana a la de una deidad que a la de los seres humanos. Las tres vías a disposición son la biotecnología, la ingeniería biomédica y la ingeniería para la creación de seres no orgánicos.