Una figura de gran inspiración para la autora fue su abuelo. Se llamaba Enrique, nació en Puerto Cabello, Venezuela, y era hijo de una pareja de inmigrantes libaneses. Estudió medicina, se casó, llegó a ser director de la Cruz Roja y tuvo cuatro hijos. A sus cuarenta años, tuvo un accidente que comprometió su trabajo como médico, por lo que abandonó la medicina y comenzó a trabajar en el banco de su familia. A pesar del cambio repentino de vida, no se dejó abatir, y además de su nuevo trabajo, pensó que lo mejor era dedicarse al arte y la pintura. Mientras tanto, se convirtió en gerente de banco, por lo que aumentaron sus responsabilidades. En 1970 fue secuestrado por guerrilleros de extrema izquierda que estaban activos en el país, y que en él veían el símbolo de ese mundo financiero que tanto despreciaban. Fue liberado veintitrés días después. Este fue un duro golpe para él, especialmente desde un punto de vista psicológico. Pero logró levantarse una vez más, y tras esta terrible experiencia, volvió a cambiar de campo y compró una empresa que hacía grabados, litografías, carteles y libros. Creó un grupo de trabajo unido y entusiasta, y mantuvo a su familia más cerca que nunca.
Para la autora, la intensa y complicada historia de su abuelo demuestra claramente que las crisis pueden ser fuente de renacimiento y creatividad. Después de todo, el Renacimiento italiano surgió luego de la terrible epidemia de peste negra que se produjo a mediados del siglo XIV; y el movimiento Bauhaus, el modernismo y el surrealismo, cobraron vida tras el trauma de la Primera Guerra Mundial.
Hay una conexión evidente entre la creatividad y las crisis. Es como si la mente humana se volviera más fértil y estuviera más dispuesta a tener ideas en momentos de grandes dificultades. Durante el confinamiento reciente, muchas personas, incluyendo a la propia autora, sacaron a la luz recursos inesperados y pusieron en marcha proyectos nuevos. Por lo tanto, ella nos invita a que no nos desanimemos por causa de los momentos de dificultad, sino que los aprovechemos dejando que la creatividad se active por la urgencia y la necesidad de bienestar.