Si bien la población occidental representa un porcentaje muy pequeño de toda la humanidad, los estudios sobre crianza son llevados a cabo casi en su totalidad por psicólogos occidentales que estudian a padres occidentales. Entonces, ¿cómo podemos afirmar que nuestros modelos educativos son los que mejor funcionan y son válidos para todos? ¿Será que el modelo de crianza occidental no es el más eficaz? ¿No crees que tal vez nosotros seamos los raros? La autora de este libro planteó exactamente este problema, y el primer obstáculo con el que se topó fue encontrar literatura científica que no hiciera referencia únicamente a la perspectiva occidental. Entonces, decidió estudiar de forma directa 3 culturas radicalmente diferentes a la norteamericana, y descubrió que muchas de las cosas que nos parecen obvias no lo son en absoluto.
El origen del modelo familiar occidental parece estar relacionado con la expansión del catolicismo y la obsesión de la Iglesia por combatir el incesto. A partir de la Alta Edad Media, cuanto más se trataba de desalentar las relaciones entre parientes consanguíneos, incluso los más lejanos, más pequeñas se hacían las familias extensas.
Muchos otros factores más recientes impulsaron modelos familiares en los que cada vez hay menos necesidad de colaboración, abunda la privacidad y el individualismo y cada uno hace lo que le parece.
Sin embargo, esta reducción progresiva de la familia hizo que toda la carga de la educación de los hijos recayera sobre los padres, principalmente sobre las madres. Criar a los hijos no es una tarea que pueda dejarse en manos de una sola persona, que inevitablemente sucumbirá bajo el peso del estrés, la sensación de incapacidad y el cansancio. Esta es una batalla perdida desde el principio, y muchas madres terminan lidiando con depresión posparto y ansiedad.
Y los niños muestran malestares similares. Según la autora, las constantes rabietas, los ataques de ira, la ansiedad y la dificultad para conciliar el sueño son síntomas de este malestar, provocado por el aislamiento y la falta de roles dentro de la familia y la sociedad.