Obtener un buen crédito es fundamental y es además uno de los primeros pasos hacia la riqueza y la estabilidad financiera. Es importante conocer el concepto de credit score (solvencia): una especie de puntuación que representa tu grado de riesgo para la concesión de un préstamo. Junto a otras informaciones, como la edad o el sueldo, el credit score ayuda a los prestamistas a entender si tú eres la persona correcta a quién prestar dinero a través de una hipoteca, una tarjeta de crédito u otro método. No hace falta decir que una buena solvencia te permite ahorrar miles de euros a largo plazo, porque a medida que aumenta, disminuye el tipo de interés sobre el préstamo.
Por lo tanto es fundamental aumentar tu credit score. Lo primero es estar seguro de que pagas regularmente las comisiones de tu tarjeta de crédito: saltar o retrasar aunque solo sea un pago hará que inmediatamente se pierda la confianza en ti.
Sobre la tarjeta de crédito, puedes llamar a tu banco y pedir que te rebajen las comisiones. De la misma manera puedes negociar para obtener una tasa anual equivalente (TAE) menor. Tal vez te parezca extraño simplemente llamar a tu banco y pedir algo como esto pero, ¿por qué no intentarlo? Los bancos compiten ferozmente entre ellos para preservar sus clientes; céntrate en el hecho de que eres su cliente desde hace tiempo y que no quisieras cambiar, pero podrías hacerlo si otro banco te ofreciera unas condiciones mejores. Obviamente, ser cliente de un mismo banco durante bastante tiempo es un excelente instrumento de estabilidad.
Optimizar tus tarjetas de crédito es fundamental. Son un instrumento financiero muy útil: no solo te ayudan a controlar más fácilmente tus gastos respecto a los pagos en efectivo, sino que además, según el tipo de tarjeta y de banco, pueden ofrecerte numerosos beneficios. Uno de ellos es que algunas tarjetas ofrecen extensiones de garantía sobre algunos productos comprados con la tarjeta, o bien un programa de reembolso o de puntos para ganar viajes y otros regalos. Cuando se trata de las tarjetas de crédito, hay que jugar en posición de ataque, utilizándolas de manera responsable y obteniendo el máximo de beneficios posible. Si tienes que elegir una tarjeta de crédito nueva, hazlo según los beneficios que te ofrece, pero también teniendo en cuenta las eventuales comisiones que tendrás que pagar. Puedes tener tantas como quieras pero, para la mayoría de las personas, dos o tres tarjetas de crédito son suficientes para gestionar el conjunto de sus finanzas.
La regularidad de los pagos tiene que aplicarse a cualquier deuda pendiente. Antes de poder ahorrar o invertir tu dinero, es importante saldar las deudas lo antes posible: esta tiene que convertirse en tu prioridad antes de tomar cualquier otra decisión. Cuando revises tu situación financiera, intenta destinar aunque solo sean 20€ más al mes para liquidar tu deuda: son pocos euros, pero podrán marcar la diferencia a largo plazo, sobre todo si tienes en consideración el tipo de interés.