El cambio climático probablemente sea el evento más preocupante en la historia de la humanidad. Los huracanes, las sequías, los incendios forestales y otros desastres naturales están causando estragos en el planeta, y este no podrá resistir por mucho más tiempo. Con cada año que pasa, aumenta el riesgo para las especies en peligro de extinción, y los próximos en extinguirse podrían ser los seres humanos.
Sin embargo, la solución al problema es muy simple, y la tenemos frente a nuestras narices: la tierra, el suelo que se extiende por millones de kilómetros cuadrados y que puede ser el único elemento que equilibre el clima y revierta el curso del cambio climático. Gracias a su capacidad para retener gases de efecto invernadero a cambio de agua y alimentos, la tierra puede marcar la diferencia y devolverle la esperanza a la humanidad. Un terreno sano también generará productos saludables, que a su vez alimentarán a animales y personas saludables. Y también, un suelo saludable contribuye a la salud del clima.
Solo si comprendemos cómo funciona la tierra, podremos aprender a cultivarla de la manera correcta.
Ray Archuleta, agrónomo especializado en la conservación de los suelos, ha viajado por todo el mundo analizando terrenos en todas las latitudes. Durante sus estudios descubrió que uno de los principales problemas del suelo es la erosión masiva, que hace que se vuelva árido.