El éxito siempre ha sido un campo de investigación interesante. Suele atribuirse a la suerte, al azar o al destino, y la mayoría de la gente lo ve como algo esquivo o apabullante. Es por eso que ningún estudioso, antes de Barabási, se dedicó a analizarlo en profundidad. A partir de los estudios del profesor húngaro, se pudo llegar a una fórmula real sobre las leyes universales que rigen el éxito, que desde siempre se ha asociado con características y habilidades individuales. Sin embargo, las investigaciones desmintieron esta tendencia mostrando datos recurrentes en los diferentes casos de éxito, como si existiera un mínimo común denominador.
El campo de investigación no tiene tanto que ver con el talento individual, que debe estar presente, sino más bien con el talento compartido, reconocido y aclamado por todos. De esta manera, el autor continuó con su análisis y llegó a la conclusión de que el éxito tiene un fuerte componente colectivo. No puede haber éxito sin una red de contactos que actúe como una caja de resonancia de la persona en cuestión.
Por lo tanto, la gran novedad es el cambio de enfoque, porque el éxito ya no depende de variables internas, sino externas, las cuales son medibles. Utilizando las herramientas de la investigación científica, es posible cuantificar el éxito.
Cada análisis comienza con una pregunta, y luego se examinan una enorme cantidad de datos que se utilizan como entrada en modelos definidos, de forma similar a como se utiliza, por ejemplo, un modelo meteorológico para predecir la trayectoria de un huracán. Del mismo modo, Barabási comparó diferentes datos e identificó regularidades en fenómenos a gran escala. Si bien en casos individuales el éxito parece ser algo fortuito, en el contexto revela similitudes interesantes.
Por lo tanto, la fórmula que se desarrolló no es diferente, por ejemplo, de la ley de la aerodinámica, y proporciona 5 leyes universales que pueden determinar o predecir el éxito de una persona o proyecto.
Lo que antes era un concepto vago, gracias a la fórmula ha obtenido una dimensión real, y sobre todo ha revertido la idea de que el éxito es un hecho interno e individual. Por el contrario, este depende de factores externos y colectivos.