Desde que somos pequeños, se nos dice que tenemos cinco sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Vemos con nuestros ojos, escuchamos con nuestros oídos, percibimos los olores con nuestra nariz, saboreamos los alimentos con nuestra boca y tocamos con nuestras manos. Sin embargo, esto solo se aplica a los humanos. El mundo rebosa de imágenes, sonidos, olores, sabores, colores, vibraciones, superficies, campos eléctricos y magnéticos. Pero no todos los animales perciben estos elementos de la misma manera. No es necesario percibirlo todo. Lo importante es concentrarnos en lo que necesitamos para sobrevivir.
La palabra Umwelt, acuñada en 1909 por el zoólogo Jakob von Uexküll, define la porción de entorno que un animal puede percibir y experimentar. Es una especie de burbuja sensorial en la que diferentes estímulos se convierten en información. Cada Umwelt es diferente de los demás, pero nosotros, los seres humanos, tendemos a medir los Umwelt de otros animales utilizando las métricas que definen los nuestros, porque creemos que son universales. En realidad, relacionarlo todo con nuestra forma de interpretar limita mucho nuestra comprensión. Intentar entender cómo funcionan los Umwelt de otros habitantes de la Tierra es importante para la preservación de la naturaleza, pero requiere lo que Alexandra Horowitz llama "un salto imaginativo informado". Debemos dar un paso fuera de nuestro Umwelt, abandonar la zona de confort de nuestras certezas y empezar un viaje en un planeta alienígena guiados únicamente por nuestra curiosidad.
Pensemos, por ejemplo, en cómo los diferentes sentidos se combinan en un solo sentido, como le sucede al ornitorrinco. Su pico de pato contiene dos tipos diferentes de receptores: los que detectan los campos eléctricos y los sensibles al tacto. Sin embargo, ambos envían la misma señal al cerebro, por lo que no hay distinción entre el sentido eléctrico y el tacto. Para él, es todo un único sentido que podríamos llamar "electrotacto".
Nosotros, los humanos, somos los únicos seres vivos capaces de sumergirnos en los diferentes Umwelt y así acercarnos a una comprensión, aunque parcial, de cómo otras criaturas experimentan el mundo.