Si tuviéramos que preguntar a los que nos rodean cuál es su deseo principal en la vida, sin duda la respuesta de muchos sería "ser feliz". La felicidad es un sentimiento hacia el que cada uno de nosotros propende y para conseguirla trabajamos duro en cada momento de nuestra vida. Sin embargo, la verdad es que es un sentimiento impreciso: el motivo por el que la mayoría de nosotros nunca logra el estado de felicidad total que tanto anhelamos es que creemos que trabajamos para alcanzarla, cuando en realidad estamos atrapados en la ilusión de movernos hacia tiempos y maneras mejores.
Cuando escuchamos a los que nos rodean, a menudo nos dicen que para ser felices tenemos que encontrarnos a nosotros mismos. Lamentablemente, esto también es un concepto poco claro: ¿qué significa "nosotros mismos"? Algunos piensan que es la voz en nuestra cabeza, o bien alguien que aún no sabemos muy bien quién es. Es todo muy impreciso, ya que para encontrarnos a nosotros mismos no tenemos que ir demasiado lejos, ni dejarnos engañar por nuestra mente: siempre hemos estado aquí, más allá de la mente, las personalidades ficticias y la confusión del exterior. Lo que sucede es que estamos distraídos por el mundo que nos rodea y los miedos de nuestra mente: para encontrarnos a nosotros mismos tenemos que aprender a afrontar y dejar ir las sensaciones como la ansiedad y la angustia, liberándonos del peso de las experiencias y las energías negativas para convertirnos finalmente en personas lúcidas y conscientes.