Desde el origen de la vida en la Tierra, hace 3.800 millones de años, ha habido cinco extinciones masivas que redujeron de forma drástica y repentina la diversidad de la vida en nuestro planeta. El último evento de este tipo ocurrió hace unos 66 millones de años. Se cree que fue un asteroide de seis millas de ancho que chocó contra la Tierra lo que acabó con los dinosaurios. Fue el evento de extinción del Cretácico, que cambió radicalmente la conformación de la biodiversidad en el planeta. Los ecosistemas marinos colapsaron, y alrededor del 75% de todas las especies de plantas y animales desaparecieron.
Sin embargo, la idea de extinción es relativamente nueva en la comunidad científica, ya que hasta el siglo XVIII, las personas creían que era imposible que las especies que una vez vivieron en la Tierra dejaran de existir en algún momento. Los científicos no lograban imaginar un evento tan poderoso que acabara con las formas de vida que eran comunes en las eras anteriores.
Cuando se estudiaron por primera vez los restos del mastodonte en 1739, muchos científicos pensaron que unos huesos tan grandes pertenecían a un elefante o un hipopótamo, pero en 1796 el naturalista francés Georges Cuvier presentó evidencia de una teoría completamente nueva, según la cual los huesos pertenecían a una especie perdida de un mundo anterior al nuestro. Cuvier recolectó y estudió tantos fósiles como pudo, y logró identificar decenas de especies extintas. Luego, en las décadas siguientes, con los aportes de Charles Lyell y Charles Darwin, la extinción se convirtió en un concepto científico. Los científicos comenzaron a notar que había grandes lagunas en la documentación de los fósiles. Había períodos en los que la biodiversidad terrestre había disminuido muy rápidamente, por lo que la única explicación posible era un evento catastrófico. Luego, algunos científicos teorizaron que el cambio climático repentino había causado eventos de extinción masiva.
Así como en el pasado las personas no creían en la posibilidad de una extinción masiva, hoy en día para mucha gente es inconcebible que los humanos podamos ser responsables de la destrucción de la integridad ecológica de nuestro planeta. Nos negamos a contemplar esta posibilidad y seguimos teniendo comportamientos nocivos para el medio ambiente, y si la tendencia actual no cambia, se desencadenarán acontecimientos que alterarán por completo el mundo que conocemos.