Los tres principios del éxito de Benjamin Franklin pueden ser de ayuda para empezar a prepararnos a este cambio. El primer principio es que los grandes resultados que pueden hacernos felices no llegan de golpe sino que son el fruto de pequeños éxitos cotidianos. El segundo principio es que nuestra vida y el ambiente en el que vivimos no son rígidos y por lo tanto podemos darles la forma que queramos. Para conseguirlo es necesario fijar un objetivo hacia el que dirigir todos nuestros esfuerzos. El tercer principio es tal vez el más importante: el éxito es un placer. También lo es el camino que recorreremos para alcanzarlo.
Otro punto fundamental a tener en cuenta cuando empezamos este proceso de cambio es que si no aprovechamos plenamente nuestro potencial podemos dañar nuestra manera de pensar y por lo tanto, también de actuar. Hacer menos de lo que nuestro talento nos permite disminuye nuestra autoestima y, a largo plazo, la anula completamente, haciéndonos precipitar en un círculo vicioso de inacción. Por este motivo es necesario hacer siempre el máximo, animados por una ambición positiva capaz de llevarnos hacia objetivos cada vez más desafiantes.
Existen dos tipos de objetivos: a corto plazo y a largo plazo. Estos últimos podemos afrontarlos como si fueran un largo viaje: cuando lleguemos a la meta ya no seremos las mismas personas que éramos al inicio. Para definir estos objetivos a largo plazo es fundamental hacerse las preguntas correctas y entender qué queremos hacer, quiénes queremos ser, qué queremos obtener en la vida y dónde queremos ir. El segundo paso es hacer una lista con todas estas respuestas e intentar distinguir entre aspiraciones y frivolidades. Por último, tenemos que elegir 4 objetivos anuales, 4 a tres años, 4 a cinco años y 4 a diez años y visualizarlos con todo tipo de detalles para que la lectura de esta lista nos inspire y nos motive sobre todo cuando nos desviemos del camino a causa de un imprevisto. Cuando definamos nuestros objetivos tenemos que tener cuidado y no elegir objetivos demasiado fáciles, de lo contrario no tendremos oportunidades de crecimiento, y de no hacer concesiones, de lo contrario estaremos traicionando nuestros valores.