Cuando Robert Iger entró en el mundo laboral no imaginaba que se convertiría en el CEO de Walt Disney Company, una empresa histórica que había definido la historia del entretenimiento.
Iger empezó a trabajar en los estudios televisivos de la ABC en 1974 después de una breve experiencia como reportero para una pequeña cadena local de Nueva York. De niño, su sueño era ser periodista de televisión. Sin embargo no le fue muy bien y decidió que ese no era su camino. Su tío compartió habitación con un dirigente de la ABC en el hospital y le habló de él, de esta manera tuvo la oportunidad para entrar en la ABC como inspector de estudio.
Su trabajo consistía en ser el chico de los recados, sin ningún objetivo definido. Tenía que estar presente para cualquier necesidad que pudiese presentarse. Pero en otoño de 1974 le dieron un trabajo importante, el concierto de Frank Sinatra en directo y en horario de máxima audiencia en Madison Square Garden. Iger era el director de producción externa, es decir que trabajaba desde la plaza, un trabajo desafiante que consiguió hacer muy bien y que le hizo ganarse la estima de todos en la empresa. No fue fácil volver al monótono trabajo de siempre en los estudios y una discusión con su jefe acabó por convencerle de que había llegado el momento de irse.
Se presentó para una posición interna y empezó a trabajar para la ABC Sport. Tenía solo 23 años y esa habría sido su verdadera oportunidad. Era el responsable de la transmisión de todos los programas deportivos, viajaba para seguir los partidos, los torneos y los acontecimientos deportivos. La ABC Sport fue una gran escuela para aprender un oficio, conocer a las personas y asignar prioridades, pero sobre todo le sirvió para darse a conocer. Además tuvo un buen maestro, el entonces director, Roone Arledge, quien decía que el deporte era como explicar historias y que los deportistas eran los personajes.
Iger demostró ser capaz de gestionar situaciones complejas y sus capacidades le abrieron las puertas a nuevos encargos. En 1985, cuando tenía 34 años, fue nombrado subdirector de la ABC Sport, y luego pasó a la ABC Entertainment. Puede que su suerte haya sido trabajar siempre en el mismo sector, el de los canales de comunicación y la industria del entretenimiento. Durante 45 años trabajó para la misma empresa: 22 en la ABC y 23 en Disney, después de que la ABC fuera vendida a Disney en 1995.
En 1999 fue nombrado presidente de Walt Disney International y en el año 2000 responsable operativo de todo el grupo. En realidad, la carrera para llegar a ser el CEO de Disney, que tuvo lugar en 2005 como sucesor de Michael Eisner, fue muy larga y estresante para Iger, pero al final consiguió convencer a los miembros del consejo de que él era la persona adecuada para ocupar esa posición.