Gisele Bündchen nació en 1980 en Horizontina, un pequeño pueblo al sur de Brasil. Es brasileña de quinta generación, pero sus antepasados maternos y paternos eran oriundos de Alemania. Tiene cinco hermanas (una de ellas es su gemela) y creció en un ambiente familiar estable, entre trabajos escolares y el amor por la naturaleza. Su sueño era convertirse en veterinaria, o en jugadora profesional de voleibol.
A los 14 años la descubrió la agencia de modelos Elite Model Management. Era 1994, y su carrera se impulsó bastante rápido. Su biografía profesional está llena de éxitos, incluyendo innumerables apariciones en campañas publicitarias, revistas y pasarelas. Todos la conocerían con el apodo de "The Body", y con su cuerpo atlético marcaría una ruptura con las modelos andróginas del pasado.
Esto es lo que se sabe públicamente de Gisele Bündchen; pero esa Gisele es muy diferente y a veces incluso está desconectada de su verdadera esencia como persona. Nunca se sintió realmente cómoda en el papel de modelo, tanto que, desde un principio, empezó a pensar en sí misma como una modelo en tercera persona, un individuo que era una especie de alter-ego que podía posar y crear un personaje. Ella permitió que este alter-ego aprovechara las enormes posibilidades que le brindaba su trabajo, y por las que siempre estará agradecida.
Pero a su sombra siempre estuvo la verdadera Gisele, que ahora puede expresarse mejor como mujer, esposa, madre y embajadora del medio ambiente. Una persona que se define a sí misma como sencilla, descalza, vistiendo jeans y camiseta. Una persona que ama inmensamente a los animales y la vida al aire libre, que es muy curiosa, que siempre está en busca de nuevos conocimientos y que nunca se inclina a aceptar las respuestas dogmáticas que le brindan. Un espíritu genuinamente libre, que a lo largo de su vida y su carrera ha aprendido a escuchar su voz interior y a reconocer la relación entre los pensamientos, las palabras y las acciones.