La investigación de este libro comienza con preguntas simples: ¿qué pasa con el amor después del matrimonio? ¿Por qué parece haber tan pocas parejas que encontraron el secreto para mantener vivo el amor?
Para dar una respuesta satisfactoria, el autor propone comenzar con la comunicación. Tendemos a pasar por alto una verdad que todos tenemos ante nuestros ojos: hablamos diferentes lenguajes del amor, al igual que se hablan diferentes idiomas en el mundo. Para comunicar el amor, también debemos tener en cuenta que se utilizan diferentes lenguajes.
La diversidad lingüística es parte de la cultura humana. Si queremos comunicarnos de manera eficaz, debemos aprender el idioma de las personas con las que queremos comunicarnos. Cada uno de nosotros se expresa perfectamente en su idioma nativo, pero es incapaz de comprender un idioma que no conoce.
En el contexto del amor sucede algo similar. Entre mi lenguaje del amor y el de mi pareja puede haber la misma diferencia que hay entre el español y el chino. Es decir, por mucho que trate de expresar mi amor en mi idioma, si mi pareja solo entiende el suyo, no lograremos amarnos.
Es difícil que una pareja hable el mismo lenguaje del amor porque cada uno de nosotros tiende a expresarse en su lengua nativa, que depende de la forma en que crecimos y de lo que interiorizamos. Nos sentimos confundidos cuando nuestro compañero se expresa en su propio lenguaje. Ambos expresamos amor, pero ninguno comprende al otro. El mensaje no llega al destinatario. El chino es muy diferente al español. Y así, las personas se divorcian, rompen o mantienen relaciones insatisfactorias que se basan en la incomprensión.
La buena noticia es que hay una solución para toda esta confusión lingüística y consiste en conocer los cinco lenguajes del amor.
Si queremos comunicar el amor de forma eficaz, debemos estar dispuestos a aprender el idioma de nuestra pareja y también a tomar conciencia de cuál es el nuestro.