¿Por qué el sexo es atractivo, cautivador y emocionante para algunas parejas estables, pero para muchas otras es aburrido, repetitivo o apático? ¿Dónde radica la diferencia? Muchos creen que basta con hacer coincidir estímulos táctiles con fantasías eróticas, pero en realidad el tema es un poco más complejo.
Nos han dicho que el sexo debe ser algo natural, humano, fisiológico, que deberíamos saber hacerlo aunque nunca lo hayamos hecho, casi como si fuera algo innato. Y si bien hay un principio instintivo y natural, en realidad hace falta mucho más para que el sexo sea maravilloso.
Seguramente, el punto del cual comenzar somos nosotros mismos, nuestras sensaciones y nuestras emociones. Debemos aprender a saber qué es lo que nos excita, cómo nos sentimos cuando estamos excitados, qué le sucede a nuestro cuerpo y qué implicaciones psicológicas tiene la excitación sobre nosotros, para luego poder gestionar todo dentro de una relación. Sin embargo, en un mundo que va cada vez más rápido, nos cuesta encontrar tiempo para dedicarnos a nosotros mismos porque percibimos que no nos alcanza, que todo hay que hacerlo rápido, y eso incluye excitarse y tener sexo. Esto genera mucho estrés, lo cual nos lleva a enfocarnos en otras prioridades, y termina siendo perjudicial para la relación con nuestra pareja, ya que la colocamos en un segundo lugar con respecto a las responsabilidades y los compromisos del día a día.
Entonces, ¿cómo podemos preservar el amor y la pasión, y lograr hacer el amor de manera fantástica, aún después de tantos años? Según el autor, basta con seguir reglas sencillas que nada tienen que ver con una posición sexual en particular, fantasías eróticas extravagantes o juguetes sexuales de última generación, sino con establecer un vínculo profundo con la otra persona y con nosotros mismos. Este vínculo es capaz de dar forma y espacio al amor en la pareja, lo cual es necesario para vivir el sexo con plenitud.