Alfonso John Romero es el nombre completo de uno de los dos Johns. Nació en 1967 en Colorado, su madre es estadounidense y su padre mexicano de segunda generación. Su pasión precoz por las salas de juego y los videojuegos preocupaba mucho a su familia, que deseaban para él una carrera profesional más ortodoxa de lo que él soñaba desde niño: hacerse rico y exitoso desarrollando videojuegos. Romero creció entre salas de juego y partidas de Dungeons & Dragons, el famoso juego de rol que se jugaba solo con un libro de instrucciones, papel, lápiz y la imaginación. Tomó la decisión de que quería poseer la llave de este mundo imaginario en donde se refugiaba huyendo de su desastrosa vida afectiva. Aprendió de manera autodidacta la programación en la Apple II y rápidamente pudo crear su primer videojuego. En 1986 se inscribió en la Serra University y empezó a salir con Kelly Mitchell, a quien dijo que en poco tiempo sería rico, famoso y exitoso. Se casaron al año siguiente. Aún siendo muy joven, tuvo su primera propuesta de trabajo en el mundo de los videojuegos gracias a su pasión por este sector, alimentada por las ganas de reconocimiento social y la intolerancia a las reglas familiares. Con gran ambición y solo con 21 años, empezó a trabajar para Softdisk, en Luisiana.
John D. Carmack II es el nombre completo del segundo John. Nació en 1970 en Misuri, segundo hijo de una familia en la que se respiraba amor por las ciencias y la cultura. Carmack también creció jugando a Dungeons & Dragons y se quedó literalmente hipnotizado con los primeros videojuegos. Igual que Romero, aprendió programación básica en la Apple II y su familia se quedó consternada por este inusual talento. Con solo 14 años, intentó robar algunas Apple II de una escuela cercana, la policía lo descubrió y lo sometieron a una evaluación psiquiátrica, cuya conclusión fue: “el chico se comporta como un cerebro con piernas… no tiene ninguna empatía por los demás seres humanos”. Cuando acabó de cumplir su condena de un año en un centro juvenil local, finalmente sus padres decidieron comprarle una Apple II y Carmack hizo el esfuerzo de inscribirse en la universidad. Pero después de un par de semestres abandonó por aburrimiento y por su incapacidad de integrarse. Decidió trabajar media jornada en una pizzería para seguir haciendo lo único que deseaba realmente: programar los mejores videojuegos durante la mayor cantidad de tiempo posible. Buscando un trabajo que le permitiera seguir adelante con su vida tal y como él quería vivirla, programó una trilogía de juegos de rol llamada Dark Designs para la Softdisk. La misma pequeña empresa de Luisiana en donde trabajaba Romero, quien lo quiso en su equipo.